La mayoría de las anomalías congénitas de la vagina son raras. Las anomalías vaginales incluyen agenesia vaginal, himen imperforado, duplicación y fusión.
El diagnóstico de la mayoría de las anomalías vaginales congénitas se realiza por examen físico, ecografía y estudios contrastados retrógrados. Las anomalías congénitas de la vagina a menudo se acompañan de anomalías del cuello uterino y del útero (1).
(Véase también Generalidades sobre las anomalías urogenitales congénitas).
Referencia
1. Committee on Adolescent Health Care. ACOG Committee Opinion No. 728: Müllerian Agenesis: Diagnosis, Management, And Treatment. Obstet Gynecol. 2018;131(1):e35-e42. doi:10.1097/AOG.0000000000002458
Agenesia vaginal
La agenesia vaginal combinada con anomalías cervicales y uterinas también se conoce como agenesia mülleriana, aplasia mülleriana o síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser.
Por lo general, el tercio inferior de la vagina está presente porque su origen embriológico es el seno urogenital, mientras que el tercio superior de la vagina, el cuello uterino, el útero y las trompas de Falopio derivan de los conductos paramesonefricos. Como resultado, un examen externo suele ser normal, y el diagnóstico a menudo recién se realiza en la pubertad debido a la falta de menstruación, con o sin dolor. La amenorrea se debe a la agenesia uterina. Si se desarrolla un útero, con frecuencia es pequeño, pero puede producir líquido menstrual que no puede drenar, causando dolor.
La agenesia vaginal puede asociarse con anomalías renales, con mayor frecuencia agenesia renal unilateral. También puede asociarse con anomalías esqueléticas o de la pared abdominal.
Las opciones de tratamiento incluyen la autodilatación con dilatadores vaginales y la reconstrucción quirúrgica, dependiendo de las alteraciones específicas de la anomalía. El momento del tratamiento varía, según la paciente.
Duplicación vaginal y anomalías de fusión
Las anomalías por duplicación y fusión tienen numerosas manifestaciones (p. ej., 2 úteros, 2 cuellos uterinos y 2 vaginas, o 2 úteros, 1 cuello uterino y 1 vagina).
Las niñas también pueden presentar anomalías del seno urogenital, en las que los aparatos urinario y genital desembocan en un canal común, y anomalías cloacales, en las que los aparatos urinario, genital y anorrectal desembocan en un canal común.
Las anomalías comunes del seno urogenital a menudo requieren una intervención quirúrgica para reconstruir la uretra y la vagina. Si el recto está comprometido, también se reconstruye. La reconstrucción se realiza preferiblemente durante la lactancia en un centro de atención terciaria o cuaternaria. Dependiendo de la extensión de la reconstrucción, se puede recomendar un parto por cesárea cuando la paciente queda embarazada.
Himen imperforado
En himen imperforado se manifiesta en el período neonatal por una protrusión en el lugar de la abertura vaginal debido a la colección de secreciones uterinas y vaginales causadas por los estrógenos maternos. Muchos casos pasan desapercibidos hasta la pubertad, cuando se desarrolla un hematocolpos y se asocia con dolor abdominal cíclico.
El tratamiento del himen imperforado consiste en drenaje quirúrgico.