La criptorquidia es el fracaso de uno o ambos testículos para descender en el escroto; en los niños más pequeños, suele acompañarse de hernia inguinal. El diagnóstico se basa en el examen testicular, a veces seguido por laparoscopia para buscar testículos que no pueden palparse en el examen. Rara vez están indicados estudios de diagnóstico por imágenes. El tratamiento consiste en la orquidopexia quirúrgica.
La criptorquidia afecta a alrededor del 3% de los recién nacidos de término y hasta al 30% de los recién nacidos pretérmino. Alrededor del 10% de los casos son bilaterales. Dos tercios de los testículos no descendidos descienden espontáneamente dentro de los primeros 4 meses de vida. Por consiguiente, aproximadamente el 0,8% de los lactantes requieren tratamiento.
El ochenta por ciento de los testículos no descendidos son diagnosticados al nacer. El resto son diagnosticados durante la infancia o la adolescencia temprana; éstas son causadas generalmente por un adjunto gubernacular ectópico y se hacen evidentes después de un brote de crecimiento somático.
Fisiopatología de la criptorquidia
Normalmente, los testículos se desarrollan a las 7-8 semanas de gestación y permanecen por encima del anillo inguinal interno hasta alrededor de las 28 semanas, cuando inician su descenso hacia el escroto guiados por mesénquima condensado (el gubernáculo). El comienzo del descenso es mediado por factores hormonales (p. ej., andrógenos, factor de inhibición mülleriano), físicos (p. ej., regresión del gubernáculo, presión intraabdominal) y ambientales (p. ej., exposición materna a sustancias estrogénicas o antiandrogénicas).
Un verdadero testículo no descendido permanece en el conducto inguinal a lo largo del recorrido de descenso o, con menor frecuencia, se localiza en la cavidad abdominal o el retroperitoneo. Un testículo ectópico es el que desciende normalmente a través del anillo externo, pero se desvía a una localización anormal y se ubica fuera del recorrido normal de descenso (p. ej., por encima del pubis, en la bolsa inguinal superficial, dentro del periné o a lo largo de la cara interna del muslo).
Complicaciones de la criptorquidia
Los testículos no descendidos pueden causar subfertilidad y se asocian con carcinoma testicular, principalmente en el testículo no descendido y, en particular, en caso de posición intraabdominal. Sin embargo, en pacientes con un testículo no descendido, el 10% de los cánceres aparecen en el lado normal. En los casos no tratados de testículos intraabdominales, puede producirse una torsión testicular, que se manifiesta con un abdomen agudo. Casi todos los recién nacidos que tienen un testículo no descendido en el momento del nacimiento también presentan una hernia inguinal (persistencia del proceso vaginal).
Etiología de la criptorquidia
La criptorquidia es casi siempre idiopática. En los niños con fenotipo masculino y testículos bilaterales no palpables al nacer, la sospecha de virilización femenina causada por hiperplasia suprarrenal congénita debe ser alta (especialmente si también hay hipospadias).
Síntomas y signos de la criptorquidia
En alrededor del 80% de los casos, el escroto del lado afectado está vacío en el momento del nacimiento; en los casos restantes, se palpa un testículo en el escroto en el momento del nacimiento, pero parece ascender con el crecimiento lineal debido a una inserción ectópica del gubernáculo que limita el "descenso" normal del escroto. La hernia inguinal asociada con criptorquidia rara vez es sintomática, pero a menudo se detecta la persistencia del proceso vaginal, sobre todo en lactantes (pero con menor frecuencia en aquellos con testículos no descendidos ectópicos). En raras ocasiones, un testículo no descendido se manifiesta de manera aguda debido a la torsión testicular.
Diagnóstico de la criptorquidia
Evaluación clínica
A veces laparoscopia
Raras veces ecografía o RM
En todos los niños se debe hacer un examen testicular al nacer y luego anualmente para evaluar la ubicación y el crecimiento testicular.
Deben distinguirse los testículos no descendidos y ectópicos de los testículos hipermóviles (retráctiles o en ascensor), que están presentes en el escroto pero se retraen fácilmente hacia el conducto inguinal a través del reflejo cremastérico. El diagnóstico de la criptorquidia se realiza mediante examen físico, que debe llevarse a cabo en un ambiente cálido, con las manos del examinador tibias y el paciente relajado para no estimular la retracción testicular. Si es necesario, el niño puede colocarse en posición de ancas de rana para examinar mejor los testículos. La lubricación de la ingle del niño o las manos enguantadas del examinador con jabón antes del examen puede ayudar a disminuir la fricción y a localizar el testículo.
En pacientes con un testículo unilateral no palpable, un testículo descendido de mayor tamaño que el previsto sugiere atrofia del testículo no descendido; la confirmación se realiza por intervención quirúrgica laparoscopia para buscar un testículo intraabdominal o confirmar una agenesia testicular. Sin embargo, a veces se realiza exploración escrotal o inguinal si se sospecha de un remanente testicular distal al anillo inguinal interno.
En caso de testículos no palpables bilaterales, los pacientes en el período neonatal inmediato deben ser evaluados para un posible trastorno de la diferenciación sexual (se debe considerar una consulta con un endocrinólogo pediátrico). Si se ha descartado un trastorno de la diferenciación sexual, a menudo es necesaria una laparoscopia para identificar testículos localizados en el abdomen y luego se puede efectuar una orquidopexia bilateral.
Tratamiento de la criptorquidia
Reparación quirúrgica
En caso de un testículo palpable no descendido, el tratamiento es la orquidopexia quirúrgica, en la que se lleva el testículo al escroto donde se lo fija mediante suturas; se repara una hernia inguinal asociada.
En un testículo no descendido no palpable, se realiza una laparoscopia abdominal; si el testículo está presente, se lo coloca en el escroto. Si es atrófico (generalmente el resultado de una torsión testicular prenatal), se extrae el tejido.
La cirugía debe realizarse alrededor de los 6 meses en recién nacidos de término y al año en recién nacidos pretérmino porque la intervención temprana mejora el potencial de fertilidad y puede reducir el riesgo de cáncer. Asimismo, cuanto menor es la talla del niño, menor es la distancia necesaria para ubicar el testículo en el escroto.
No se requiere ninguna intervención en un testículo retráctil o en ascensor en tanto el cordón espermático tenga la longitud suficiente para permitir que el testículo permaneza en una posición escrotal declive sin tracción cuando no se estimula el reflejo cremastérico. Por lo general, la hipermovilidad se resuelve sin tratamiento durante la pubertad, cuando el aumento del tamaño del testículo dificulta más su retracción.
Conceptos clave
La criptorquidia afecta a alrededor del 3% de los recién nacidos de término y hasta al 30% de los recién nacidos pretérmino; dos tercios de los testículos no descendidos descienden de manera espontánea.
Los testículos no descendidos pueden causar subfertilidad aumentan el riesgo de carcinoma testicular (incluso en un testículo descendido).
Por lo general la evaluación clínica es adecuada, rara vez se indican estudios de diagnóstico por imágenes.
El tratamiento consiste en reparación quirúrgica.