El edema espontáneo (es decir, no traumático) de los labios generalmente es indoloro. El prurito puede estar presente o no estarlo. Queilitis a veces causa edema de los labios, pero los pacientes suelen consultar debido a la inflamación dolorosa y a las lesiones.
El edema de los labios no es peligroso por sí mismo. Sin embargo, cuando el edema de los labios es causado por angioedema, la inflamación simultánea en la orofaringe y/o en las vías aéreas inferiores puede ser letal.
El edema labial puede ser agudo o crónico.
El edema labial agudo puede ser causado por
Reacciones alérgicas (p. ej., a alimentos, medicamentos, drogas o sustancias ilícitas, lápiz labial, irritantes en el aire, níquel)
Factores ambientales (p. ej., clima frío y seco, bronceado)
Causas farmacológicas no alérgicas (p. ej., inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), bloqueantes de los canales de calcio, ciertos medicamentos fibrinolíticos)
El edema crónico de los labios puede ocurrir con
Acromegalia (a menudo con rasgos faciales toscos y/o macroglosia)
Hipotiroidismo (a menudo con facies abotagada y/o macroglosia)
Las causas poco frecuentes de edema labial crónico incluyen la exposición continua a un alérgeno no sospechado, la queilitis granulomatosa y la enfermedad de Crohn.
El primer paso en la evaluación es asegurar la permeabilidad de la vía aérea y establecer y controlar la vía aérea si necesario. La investigación diagnóstica se centra en las posibles exposiciones causales y las enfermedades subyacentes.
El tratamiento consiste en la eliminación de las causas identificadas y el tratamiento de las enfermedades causantes. Pueden usarse corticosteroides o antihistamínicos (p. ej., difenhidramina) para el edema alérgico de los labios. La extirpación quirúrgica del exceso de tejido labial crónico puede tener un beneficio cosmético.