Hay diversos hábitos que protegen a las personas contra la infección.
Lavarse las manos es un modo muy eficaz de evitar la transmisión de infecciones de una persona a otra. El lavado de manos es particularmente importante para las personas que manipulan alimentos o que tienen contacto físico frecuente con otras personas, especialmente las personas enfermas.
Los desinfectantes de manos son líquidos o espumas que contienen al menos un 60% de alcohol, que mata a la mayoría de los microorganismos infecciosos. Muchos microorganismos infecciosos pueden ser transportados en las manos de las personas, por lo que el uso de desinfectantes para las manos reduce significativamente la posibilidad de propagar la infección.
El uso de mascarillas puede ayudar a reducir la propagación de infecciones respiratorias. Muchas infecciones respiratorias se transmiten por gotitas (las gotitas varían en tamaño dependiendo del tipo de bacteria o virus) en el aire que se emiten cuando las personas infectadas tosen, estornudan, respiran o hablan. Las personas con infección deben usar mascarillas para evitar contagiar a otras personas. Las personas también pueden usar mascarillas para reducir la posibilidad de infectarse. Los diferentes tipos de mascarillas proporcionan a su vez diferentes niveles de protección, incluyendo (en orden creciente de protección): mascarillas de tela multicapa; mascarillas quirúrgicas multicapa y mascarillas K95; y mascarillas N95 (véase CDC: Types of Masks and Respirators [CDC, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades: tipos de mascarillas y respiradores]).
Las personas que visitan a pacientes hospitalizados que están gravemente enfermos deben lavarse las manos y usar desinfectante para manos; además, es probable que se les pida que se pongan una bata, una mascarilla y guantes antes de entrar en la habitación del paciente.
A veces se administran antibióticos a personas que aún no tienen una infección para evitar que la contraigan. Esta medida preventiva se denomina profilaxis. Muchas personas sanas a las que se va a realizar determinado tipo de intervención quirúrgica, particularmente una cirugía abdominal o un trasplante de órganos, requieren la administración de antibióticos.
La vacunación es una de las maneras más eficaces de prevenir las infecciones. Las personas que tienen mayor riesgo de contraerlas (de manera especial los bebés, los niños, las personas mayores y las personas con infección por el VIH/sida) deben recibir todas las vacunas necesarias para reducir este riesgo.
(Véase también Introducción a las enfermedades infecciosas.)
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que LOS MANUALES no se hacen responsables del contenido de ningún otro recurso que no sea el último.
Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Types of Masks and Respirators