Dado que su sistema nervioso es inmaduro, los recién nacidos duermen mucho tiempo, pero solo durante 1 o 2 horas seguidas, con independencia de que sea de día o de noche. De las 4 a las 6 semanas de edad, muchos lactantes tienen un ciclo de estar despiertos 4 horas y dormidos 4 horas. Entre los 4 y los 6 meses de edad, los lactantes suelen ser capaces de adoptar el patrón día/noche. A partir del año de edad, la mayoría de los lactantes duermen de 8 a 9 horas de forma continua durante la noche. Sin embargo, las alteraciones en el sueño son comunes y ocurren en diferentes momentos durante los primeros años (véase Problemas del sueño en niños).
Los factores que influyen en los patrones de sueño varían según la edad. A los 9 meses de edad y de nuevo alrededor de los 18 meses, las alteraciones en el sueño se vuelven frecuentes porque
Se desarrolla la ansiedad por separación.
Los niños pueden desplazarse de forma independiente y controlar su entorno.
Pueden hacer siestas largas durante la tarde.
Pueden sobreestimularse mientras juegan antes de acostarse.
Las pesadillas tienden a ser más frecuentes.
Los padres pueden ayudar a los lactantes a dormir por la noche cogiéndolos y estimulándolos menos durante las horas avanzadas de la tarde y manteniendo el cuarto del niño a oscuras, lo que es importante para desarrollar una visión normal. Los lactantes deben aprender desde muy pequeños a dormir por sí solos y no en los brazos de sus padres. De este modo, podrán tranquilizarse por sí mismos cuando se despierten durante la noche.
Para minimizar el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante, los lactantes siempre deben dormir boca arriba, en lugar de hacerlo boca abajo o recostados sobre un lado. Esta recomendación ha ayudado a reducir la incidencia del síndrome de muerte súbita del lactante en los últimos años. Además, los lactantes no deben dormir con almohadas blandas, juguetes o mantas pesadas que puedan bloquearles la respiración. Poner un chupete a un lactante para dormir también puede ayudar a evitar el síndrome de muerte súbita del lactante (los lactantes amamantados deben tener por lo menos un mes de vida o estar bien instaurada la lactancia antes de recibir un chupete). (Véase también Prevención de la síndrome de muerte súbita del lactante.)
Colecho
El colecho significa que un progenitor y un lactante duermen cerca uno del otro con el fin de ser capaces de verse, oírse y/o tocarse. El colecho puede consistir en
Compartir la cama (el bebé duerme en la misma cama con los padres)
Compartir habitación (el bebé duerme en una cama diferente, pero en la misma habitación con los padres)
Compartir la cama entre los padres y los lactantes es un hecho frecuente, aunque polémico. A menudo hay razones culturales y personales por las que los padres eligen compartir la cama con sus bebés, como la comodidad para la alimentación, la vinculación, la creencia de que su propia vigilancia es la única manera de mantener a su bebé seguro, y la creencia de que el hecho de compartir la cama les permite continuar la vigilancia, incluso mientras duermen. Sin embargo, compartir la cama se ha asociado con un mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante y puede causar lesiones o la muerte, porque los niños pueden llegar a asfixiarse o a quedarse atrapados.
Compartir habitación sin compartir la cama permite a los padres estar físicamente cerca de su bebé para facilitar la alimentación y la supervisión, es más seguro que compartir la cama o dormir en solitario (el bebé duerme en una habitación separada), y se asocia con un menor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Por estas razones, los médicos recomiendan compartir habitación sin compartir la cama como el mejor sistema para dormir para padres y niños durante los primeros meses de vida.