En la dietoterapia o terapia nutricional, una práctica con base biológica, se utilizan regímenes dietéticos especializados (como las dietas macrobiótica, paleo, mediterránea y baja en carbohidratos) para
Tratar o prevenir una enfermedad específica (como cáncer o trastornos cardiovasculares)
En general, promover el bienestar
Desintoxicar el cuerpo (neutralizando o eliminando las toxinas del cuerpo)
Algunas dietas (como la dieta mediterránea) están ampliamente aceptadas y promovidas en la medicina occidental tradicional.
Cuando se inicia una dieta terapéutica que implica un modo completamente diferente de alimentarse, se recomienda consultar con un experto que les aconseje para evitar así futuras carencias nutricionales. La ciencia y los conocimientos sobre la dieta evolucionan constantemente, de modo que deben revisarse con frecuencia junto con un profesional de la salud o la nutrición.
(Véase también Introducción a la medicina alternativa, complementaria e integradora.)
Dieta macrobiótica
La dieta macrobiótica consiste principalmente en verduras, granos integrales, frutas y cereales. Algunas personas que han seguido una dieta macrobiótica afirman haber logrado mejoras en el cáncer y en sus síntomas, aunque los estudios fiables no han respaldado esta afirmación.
Los riesgos de una dieta macrobiótica consisten en pérdida de peso involuntaria y, a veces, ingesta inadecuada de ciertos nutrientes.
Paleodieta
La dieta paleo consiste en tipos de alimentos supuestamente consumidos en el pasado remoto durante el Paleolítico (Edad de Piedra), cuando la comida se cazaba o se recolectaba. Es decir, consiste en alimentos procedentes de animales salvajes y plantas silvestres. Por lo tanto, la dieta consiste en lo siguiente:
Ingerir más proteínas
Ingerir menos carbohidratos y, al ingerirlos, comer principalmente frutas y verduras frescas sin almidón
Consumir más fibra
Ingerir con frecuencia más grasas, principalmente monoinsaturadas y poliinsaturadas
Se evitan los alimentos que se cree que no estaban disponibles durante la era Paleolítica (como productos lácteos, granos, legumbres, aceites procesados, azúcar refinado, sal y café). Los defensores afirman que las personas no pueden procesar (metabolizar) muchos de estos alimentos. Sin embargo, el conocimiento de lo que se comía en la era Paleolítica es limitado y algunas pruebas científicas sugieren que, en la era Paleolítica, la dieta no era tan limitada como en la moderna dieta paleo.
Los defensores de la dieta paleo afirman que reduce el riesgo de cardiopatía coronaria, diabetes tipo 2 y muchas enfermedades crónicas. También afirman que promueve la pérdida de peso, mejora el rendimiento atlético, mejora el sueño y mejora la funcionalidad intelectual. Sin embargo, las pruebas científicas de que esta dieta tenga alguno de estos efectos siguen siendo contradictorias.
Los riesgos de la dieta paleo incluyen la ingesta inadecuada de ciertos nutrientes (debida a la disminución del consumo de granos integrales y productos lácteos) y, posiblemente, un mayor riesgo de arteriopatía coronaria (debida al aumento en el consumo de grasas y proteínas).