Fatiga

PorMichael R. Wasserman, MD, California Association of Long Term Care Medicine
Revisado/Modificado feb 2023
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La fatiga se produce cuando una persona siente una fuerte necesidad de descansar y tiene tan poca energía que le es difícil iniciar y mantener la actividad.

Es normal después de un esfuerzo físico, estrés prolongado o falta de sueño. Sin embargo, cuando aumenta y se desarrolla después de actividades que anteriormente no provocaban fatiga, puede ser uno de los síntomas o incluso el primer síntoma de un trastorno.

Causas de la fatiga

La mayoría de enfermedades graves y muchas de las menores causan fatiga. Sin embargo, la mayor parte de estos trastornos causan otros síntomas más prominentes (por ejemplo, dolor, tos, fiebre o ictericia) por los que se debería consultar al médico. La presente explicación se centra, en cambio, en trastornos en los que la fatiga es el primer síntoma o el más grave.

Causas frecuentes

No hay una línea divisoria clara entre causas en función de la duración de la fatiga. Sin embargo, se cree que ciertas causas tienden a ser más comunes en función de cuánto ha durado la fatiga antes de buscar atención médica.

La fatiga reciente (dura menos de 1 mes) tiene muchas causas, pero las más comunes son las siguientes:

En la fatiga prolongada (que dura de 1 a 6 meses), las causas más comunes son:

En la fatiga crónica (que dura más de 6 meses) las causas más comunes son:

El síndrome de fatiga crónica es un trastorno de causa desconocida que produce fatiga y algunos otros síntomas. No todos las personas que sufren fatiga sin un motivo aparente tienen el síndrome de fatiga crónica. Las personas con COVID-19 pueden tener síntomas que duran semanas o incluso meses, lo cual se conoce como "COVID largo" o "COVID persistente" y se asemeja al síndrome de fatiga crónica.

Causas menos frecuentes

Interrumpir el consumo de cocaína puede causar fatiga grave. Otras causas menos comunes de fatiga prolongada o crónica incluyen hipoactividad de la glándula suprarrenal e hipoactividad de la glándula pituitaria.

Evaluación de la fatiga

La fatiga puede ser muy subjetiva. La percepción de cada persona acerca de la fatiga varía, así como la forma de describirla. Además, existen pocos métodos para confirmar la fatiga de forma objetiva, o describir su gravedad. El médico suele iniciar la exploración tratando de distinguir la verdadera fatiga de otros síntomas que la persona pueda estar denominando así.

  • Debilidad: la debilidad es la falta de fuerza muscular que dificulta la movilidad de los músculos afectados. Por lo general es un síntoma de un trastorno neurológico o muscular. Los trastornos como la miastenia grave y el síndrome de Eaton-Lambert pueden causar debilidad, que empeora con la actividad y que puede confundirse con la fatiga.

  • Dificultad respiratoria: las personas con dificultad respiratoria, como por ejemplo quienes sufren ciertos trastornos del corazón y de los pulmones, respiran trabajosamente al realizar una actividad, pero no se sienten fatigadas cuando están en reposo.

  • Adormilamiento: la somnolencia excesiva es un síntoma de la privación del sueño (que puede ser consecuencia de un estilo de vida determinado o producirse a causa de ciertos trastornos como rinitis alérgica, reflujo gastroesofágico, trastornos musculoesqueléticos dolorosos, apnea del sueño y trastornos graves de larga duración). Es frecuente bostezar y dar cabezadas durante el día. Sin embargo, muchas personas con fatiga tienen el sueño perturbado, por lo que los síntomas de la privación del sueño y de la fatiga pueden solaparse.

Signos de alarma

En las personas con fatiga, ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Pérdida de peso involuntaria persistente

  • Fiebre crónica o sudores nocturnos

  • Nódulos linfáticos inflamados en todo el cuerpo

  • Debilidad muscular y/o dolor

  • Síntomas graves complementarios (por ejemplo, toser o vomitar sangre, heces con sangre o negras, dificultad respiratoria, hinchazón en el abdomen, confusión o pensamientos de suicidio)

  • Afectación de más de un sistema de órganos (por ejemplo, erupción más dolor y rigidez en las articulaciones)

  • Dolor de cabeza o pérdida de la visión, sobre todo con dolores musculares, en un adulto de edad avanzada

Cuándo acudir al médico

Todas las personas se sienten fatigadas de vez en cuando, y no todos los casos de fatiga requieren una evaluación médica, en particular los que acompañan a una enfermedad aguda (como una infección aguda) o que desaparecen más o menos al cabo de una semana. Sin embargo, el cansancio que parece durar más tiempo o no tiene una explicación obvia debe ser evaluado.

Los adultos de edad avanzada con un dolor de cabeza nuevo o diferente o pérdida de la visión y las personas que tengan síntomas concurrentes graves deben acudir al médico de inmediato. Incluso si no tienen otros síntomas, los adultos de edad avanzada con fatiga deben consultar a su médico tan pronto como sea posible. Otras personas con otros signos de alarma deben ver a un médico en pocos días. Aquellos que no tienen signos de alarma deben llamar a su médico. El médico puede decidir con qué rapidez necesitan ser vistos. Normalmente, un retraso de aproximadamente una semana no es perjudicial.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa de la fatiga y las pruebas que pueden ser necesarias (véase la tabla Algunas causas comunes y características de fatiga prolongada o crónica).

Preguntas frecuentes

  • Describir lo que se entiende por fatiga con la mayor precisión posible

  • ¿Cuánto tiempo ha durado la fatiga?

  • ¿Cuando se produce? (en relación con el descanso y la actividad)

  • ¿Qué otros síntomas se presentan (como fiebre, sudores nocturnos, o dificultad respiratoria)?

  • ¿Qué medidas la alivian o la empeoran?

  • ¿Cómo afecta a su trabajo y a sus actividades sociales?

En el caso de las mujeres, se les pregunta sobre su historial menstrual. Se pregunta a todas las personas acerca de la dieta, la ansiedad, la depresión y el consumo de alcohol y sustancias (incluyendo el uso de fármacos sin receta médica y de drogas recreativas).

A continuación, realiza una exploración física. Dado que muchos trastornos pueden causar fatiga, la exploración física es muy completa, sobre todo en personas con fatiga crónica. En particular, también se lleva a cabo un examen neurológico para evaluar la fuerza y el tono muscular, los reflejos, la marcha y el estado de ánimo y las capacidades cognitivas. Es más probable que los antecedentes clínicos y la exploración física permitan determinar la causa de la fatiga si esta es de aparición reciente, y también es más probable encontrar una causa cuando la fatiga es uno de los muchos síntomas presentes que cuando es el único. Cuando empeora con la actividad y disminuye con el reposo sugiere un trastorno físico.

Tabla
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Pruebas complementarias

La necesidad de realizar pruebas complementarias depende de los antecedentes clínicos y la exploración física. Por ejemplo, si hay factores de riesgo, se realizan pruebas para detectar una infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y tuberculosis. Las pruebas para otras infecciones o cáncer generalmente se realizan solo cuando los resultados sugieren estas causas. En general, las personas que han sufrido fatiga durante mucho tiempo y aquellos con signos de alarma son más propensos a requerir pruebas.

Si no aparece ningún otro síntoma además de la fatiga, se realizarán algunos análisis de sangre comunes. Por ejemplo, es posible realizar un hemograma completo, análisis de sangre para medir la función del hígado, de la glándula tiroidea y del riñón, y un análisis de sangre denominado índice de sedimentación de eritrocitos, que sugiere la presencia de inflamación. Sin embargo, estos análisis no suelen revelar la causa.

Tratamiento de la fatiga

El tratamiento se dirige a la causa de la fatiga. Las personas con el síndrome de fatiga crónica o con fatiga sin una causa determinada pueden beneficiarse de la terapia física que incluya un incremento gradual del nivel de ejercicio, y de apoyo psicológico (por ejemplo terapia cognitivo-conductual). Centrarse en mejorar el sueño y aliviar el dolor también puede ser útil.

Aspectos esenciales para las personas mayores: fatiga

Aunque es normal que una persona disminuya el ritmo de actividad a medida que envejece, la fatiga no es normal. La fatiga es a menudo el primer síntoma de un trastorno en las personas de edad avanzada. Por ejemplo, el primer síntoma de una neumonía en una mujer de edad avanzada puede ser la fatiga, en lugar de síntomas pulmonares (como tos o dificultad respiratoria) o fiebre. En las personas de edad avanzada, el primer síntoma de otros trastornos, como la arteritis de células gigantes, también puede ser la fatiga. Dado que una enfermedad grave puede llegar a ser evidente poco después de la aparición de fatiga repentina en las personas de edad avanzada, es importante determinar la causa de la fatiga lo más rápido posible.

Conceptos clave

  • La fatiga es un síntoma habitual.

  • La fatiga es especialmente preocupante si va acompañada de ciertos síntomas de alarma, como una pérdida de peso persistente e involuntaria, fiebre crónica o sudores nocturnos.

  • Si un médico no encuentra resultados que sugieran una causa de fatiga, las pruebas no suelen ser útiles en la identificación de la causa.

  • Para que el tratamiento de la fatiga crónica resulte eficaz, se requieren trabajo y persistencia.

  • La fatiga en las personas de edad avanzada no es una parte normal del envejecimiento.

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