Los trastornos que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos se denominan trastornos cardiovasculares. Los trastornos cardiovasculares se suelen dividir en
Trastornos del corazón (cardíacos): los trastornos cardíacos afectan al corazón, sus válvulas y los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco (arterias coronarias).
Trastornos de los vasos sanguíneos periféricos: los trastornos de los vasos sanguíneos periféricos afectan a los vasos de los brazos, las piernas y el tronco (excepto los que irrigan el corazón).
Los trastornos que afectan a los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro se denominan trastornos cerebrovasculares. El accidente cerebrovascular es un ejemplo.
No existe ningún síntoma concreto que indique de forma inequívoca la existencia de un trastorno cardíaco, aunque algunos síntomas sugieren esta posibilidad, y la asociación de varios síntomas permite establecer un diagnóstico casi exacto. El médico identifica los síntomas haciendo preguntas al paciente con el fin de obtener la historia clínica y realizando una exploración física. A menudo, el diagnóstico se confirma realizando pruebas complementarias. Sin embargo, a veces una enfermedad cardíaca, incluso cuando es grave, no causa síntomas hasta que alcanza una etapa avanzada. Una exploración médica general rutinaria o una visita al médico por otros motivos puede descubrir una enfermedad cardíaca asintomática. En algunos casos, el médico realiza pruebas para detectar trastornos cardíacos incluso aunque no tenga evidencia de su existencia.
Los síntomas de una trastorno cardíaco consisten en
Ciertos tipos de dolor (por ejemplo dolor torácico)
Palpitaciones (conciencia de latidos cardíacos lentos, rápidos o irregulares)
Vahído (véase Mareos o vahídos al ponerse de pie e hipotensión posprandial)
Hinchazón en las piernas, los tobillos y los pies
Sin embargo, estos síntomas no necesariamente indican que exista una enfermedad cardíaca. Por ejemplo, el dolor torácico puede estar causado por un trastorno pulmonar o digestivo y no por una enfermedad cardíaca. La dificultad respiratoria a menudo se produce por un trastorno pulmonar. La fatiga puede ser causada por una amplia variedad de trastornos.
Los síntomas de las enfermedades de los vasos sanguíneos periféricos varían en función de la localización de los vasos afectados. Los sistomas pueden consistir en
Dolor en una extremidad (generalmente una pierna)
Fatiga muscular
Alteración en el color de la piel de la parte afectada del cuerpo
Estos síntomas no necesariamente indican que exista un trastorno de los vasos sanguíneos. Por ejemplo, los calambres musculares y la fatiga muscular pueden deberse a un trastorno del sistema musculoesquelético o del sistema nervioso.