Propulsión anómala de los alimentos

(Trastornos de la motilidad esofágica)

PorKristle Lee Lynch, MD, Perelman School of Medicine at The University of Pennsylvania
Revisado/Modificado feb 2024
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El paso de los alimentos desde la boca hasta el estómago requiere una acción normal y coordinada de la boca y la garganta, ondas de propulsión de las contracciones musculares del esofágo y relajación de los esfínteres (las bandas musculares que deben abrirse para que los alimentos puedan pasar desde el esófago al interior del estómago).

    (Véase también Introducción al esófago.)

    Cómo funciona el esófago

    Cuando una persona traga, el alimento pasa de la boca a la garganta, también llamada faringe (1). El esfínter esofágico superior se abre (2) para que la comida pueda entrar en el esófago, donde se producen ondas de contracciones musculares, el llamado peristaltismo, que propulsan los alimentos hacia abajo (3). A continuación, el alimento pasa a través del diafragma (4) y el esfínter esofágico inferior (5) y entra en el estómago.

    Un problema en cualquiera de estas funciones puede causar dificultad en la deglución (disfagia), pirosis, dolor torácico, regurgitación (expeler alimentos desde el esófago o el estómago sin náuseas o contracciones esforzadas de los músculos abdominales), vómitos o aspiración de alimentos (aspiración de alimentos hacia las vías respiratorias al inhalar).

    Los trastornos de la garganta también pueden causar alteraciones en el movimiento de los alimentos.

    Las principales causas de una propulsión anormal del alimento son los trastornos del movimimiento esofágico (trastornos de motilidad esofágica). Los trastornos más frecuentes son

    A veces, los trastornos que afectan a todo el cuerpo también afectan al movimiento del esófago. Como por ejemplo la esclerosis sistémica y la enfermedad de Chagas.

    Los médicos utilizan diferentes métodos para diagnosticar trastornos de la motilidad del esófago. Estos métodos son: endoscopia con biopsias, radiografía con contraste de bario (papilla baritada), manometría, pruebas relacionadas con el reflujo ácido y planimetría por impedancia.

    El tratamiento de la propulsión anómala de los alimentos depende de la causa.

    Edad y salud: problemas en la deglución

    Con los años, varios cambios pueden afectar la capacidad de tragar (deglutir). La producción de saliva es algo menor. Como resultado, los alimentos no se reblandecen (maceran) tan bien y están más secos en el momento de tragarlos. Los músculos de la mandíbula y la garganta se debilitan ligeramente, haciendo la masticación y la deglución menos eficientes. Además, las personas de edad avanzada son más propensas a sufrir trastornos que dificultan la masticación y la deglución. Por ejemplo, son más propensas a tener los dientes flojos o usar prótesis dentales.

    Con el envejecimiento, las contracciones que propulsan los alimentos a través del esófago se debilitan. Este cambio es muy ligero y, por lo general, tiene poco efecto en el desplazamiento de los alimentos hacia el estómago. Pero si las personas de edad avanzada tratan de comer mientras están acostadas o se acuestan justo después de comer, los alimentos pueden tener dificultad para pasar al estómago. Si se produce reflujo, el esófago envejecido puede tardar más en propulsar de nuevo el reflujo gástrico hacia el estómago. Algunas personas de edad avanzada tienen una hernia de hiato, que puede contribuir al reflujo.

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