Más de la mitad del peso corporal de una persona es agua. Los médicos piensan en el agua del cuerpo como restringida a diversos espacios, llamados compartimentos de líquidos. Los tres compartimentos principales son
Líquido intracelular
Líquido pericelular
Sangre
Para funcionar con normalidad, el organismo debe impedir que los niveles de líquido varíen demasiado en las zonas que contienen dicho líquido.
Algunos minerales, en particular los macrominerales (macroelementos, minerales que el organismo necesita en cantidades relativamente grandes), son importantes como electrólitos. Los electrólitos son minerales que llevan una carga eléctrica cuando se encuentran disueltos en un líquido tal como la sangre. Los electrólitos sanguíneos (el sodio, el potasio, el cloro y el bicarbonato) ayudan a regular el funcionamiento de los nervios y de los músculos, así como a mantener el equilibrio ácido-básico y el equilibrio hídrico, que deben mantenerse en un rango normal para que el cuerpo funcione.
Los electrólitos, sobre todo el sodio, ayudan al organismo a mantener niveles adecuados de líquido en estos compartimentos, ya que la cantidad de líquido presente en un compartimento depende de la cantidad (concentración) de electrólitos. Si esta concentración es alta, el líquido entra en el compartimento (un proceso denominado ósmosis). Del mismo modo, si es baja, el líquido sale. Para regular los niveles de líquido, el organismo puede introducir activamente electrólitos en las células o expulsarlos de ellas. Por lo tanto, para mantener el equilibrio hídrico entre los compartimentos, es importante tener las concentraciones adecuadas de electrólitos (lo que se denomina equilibrio electrolítico).
Los riñones ayudan a mantener las concentraciones de electrólitos filtrándolos, junto con agua, desde la sangre, devolviendo algunos al torrente sanguíneo y eliminando los excedentes en la orina. Por lo tanto, los riñones ayudan a mantener un equilibrio entre los electrólitos que una persona ingiere todos los días al consumir alimentos y bebidas y los electrólitos y el agua que se eliminan del cuerpo en la orina (se excretan).
Si se altera el equilibrio de electrólitos, una persona puede desarrollar problemas de salud. Por ejemplo, un desequilibrio electrolítico puede tener su origen en las circunstancias siguientes:
Uso de ciertos medicamentos
Algunas cardiopatías, nefropatías y hepatopatías
Administración de líquido o de alimentación por vía intravenosa en cantidades inadecuadas