El sodio es uno de los electrólitos del cuerpo, minerales que el cuerpo necesita en cantidades relativamente grandes. Los electrólitos llevan una carga eléctrica cuando se encuentran disueltos en los líquidos corporales como la sangre. (Véase también Introducción a los electrólitos.)
Casi todo el sodio corporal se encuentra en la sangre y en el líquido que rodea las células. El sodio ayuda al organismo a mantener un equilibrio hídrico adecuado (véase Introducción al agua corporal). Además, desempeña un papel clave en el funcionamiento correcto de músculos y de nervios.
El sodio entra en el cuerpo a través de los alimentos y las bebidas y sale del cuerpo principalmente a través del sudor y la orina. Unos riñones sanos mantienen una concentración constante de sodio en el organismo, ajustando la cantidad eliminada en la orina. Cuando la ingesta y la pérdida de sodio no están en equilibrio, se altera la cantidad total de sodio en el organismo. La cantidad (concentración) de sodio en la sangre puede ser
Demasiado baja (hiponatremia)
Demasiado alta (hipernatremia)
Controlar la volemia
La cantidad total de sodio en el cuerpo afecta a la cantidad de líquido presente en la sangre (volemia) y alrededor de las células. El organismo supervisa continuamente la volemia y la concentración de sodio.
Si cualquiera de estos valores se vuelve demasiado alto, los sensores del corazón, de los vasos sanguíneos y de los riñones detectan el aumento y estimulan a los riñones para que eliminen más sodio, con lo que la volemia retorna a los valores normales.
Cuando los valores de volemia o de sodio bajan mucho, estos sensores activan los mecanismos que aumentan el volumen de sangre. Entre estos mecanismos se incluyen los siguientes:
Los riñones estimulan a las glándulas suprarrenales para que segreguen la hormona aldosterona, que provoca que los riñones retengan sodio y eliminen potasio. Al retener el sodio, se produce menos orina, lo que termina causando que la volemia aumente.
La hipófisis segrega vasopresina (en ocasiones llamada hormona antidiurética). La vasopresina induce a los riñones a retener agua.
Mantenimiento del equilibrio de líquidos y sodio en personas mayores
Al envejecer, el organismo pierde capacidad para mantener el equilibrio de líquidos y de sodio por varias razones:
Disminución de la sed: con la edad se tarda más en percibir la sensación de sed o es menos intensa, por lo que no se ingiere la cantidad de líquido necesaria.
Cambios en los riñones: a cierta edad, los riñones tienen menos capacidad de recuperar agua y electrólitos de la orina (orina concentrada), y, como resultado, se elimina más agua en la orina.
Menos líquido en el cuerpo: al envejecer, el organismo contiene menos líquido. Solo un 45% del peso corporal es líquido en las personas de edad avanzada, comparado con el 60% en edades más tempranas. Este cambio significa que las consecuencias de una leve pérdida de líquido y de sodio, debida, por ejemplo, a la fiebre o incluso a no comer ni beber lo suficiente (en ocasiones durante apenas uno o dos días), son más graves.
Incapacidad para obtener agua: algunos adultos mayores tienen problemas de movilidad u otros problemas físicos que les impiden beber algo cuando tienen sed. En otros casos, un estado de demencia les impide darse cuenta de que están sedientas o decirlo a sus cuidadores. Por estos motivos, dependen de que otras personas les proporcionen agua.
Fármacos: muchas personas de edad avanzada toman medicamentos para tratar la hipertensión arterial, la diabetes mellitus o una cardiopatía, que provocan que el organismo elimine demasiado líquido o que magnifican el efecto negativo de la pérdida de líquido.
Las situaciones anteriores pueden causar que se pierda líquido o que no se ingiera una cantidad suficiente, por lo que aumenta la concentración de sodio en la sangre (hipernatremia) y/o se produce deshidratación. Puesto que estas situaciones ocurren con más frecuencia a edad avanzada, la hipernatremia también es frecuente en esa etapa de la vida. La hipernatremia puede tener efectos importantes en los adultos mayores y puede dar lugar a confusión (delirio), coma y muerte si es grave.
En estas personas también es frecuente que haya un exceso de líquido y de sodio porque los trastornos que provocan hipervolemia, como la insuficiencia cardíaca, las hepatopatías y las nefropatías también ocurren con frecuencia a esa edad.
La hiponatremia (concentración baja de sodio en la sangre) es más frecuente a edad avanzada. Se suele producir cuando el cuerpo retiene demasiado líquido, como ocurre en la insuficiencia cardíaca o en las hepatopatías. También aparece a edad avanzada cuando se toman ciertos tipos de diuréticos (diuréticos tiacídicos como la hidroclorotiazida), en particular, si los riñones no funcionan de forma adecuada. Los diuréticos, que a veces se denominan pastillas para orinar, son fármacos que ayudan al organismo a eliminar el exceso de líquido. Además, ingerir suplementos nutricionales líquidos o recibir por vía intravenosa líquidos con poco contenido de sodio cuando se está hospitalizado es otro factor que causa hiponatremia a edad avanzada.