La tosferina (pertussis) es una infección muy contagiosa causada por la bacteria gramnegativa Bordetella pertussis, que origina ataques de tos que suelen terminar en una inspiración prolongada y profunda acompañada de la emisión de un sonido agudo (el gemido ferino).
La tosferina suele afectar a niños y adolescentes.
Se producen síntomas leves, parecidos a los de un resfriado, seguidos de intensos ataques de tos, con recuperación gradual.
El diagnóstico se basa en el sonido característico de la tos y en el examen de la mucosa de la nariz y la garganta.
Los niños muy enfermos suelen ser hospitalizados y tratados con antibióticos para eliminar la infección.
La mayoría de los niños con tosferina se recuperan lentamente pero por completo.
La vacunación contribuye a evitar la infección.
(Véase también Introducción a las bacterias.)
La tosferina, que fue muy frecuente en épocas anteriores, ahora está mejor controlada, aunque no se ha erradicado por completo. En 2022, hubo 2.388 casos de tosferina y 3 muertes. Se producen epidemias locales en las personas no inmunizadas entre cada 3 y 5 años.
La tosferina sigue siendo un problema importante en las zonas del mundo donde la cobertura de vacunación es baja.
La tosferina se está volviendo más frecuente a pesar de que se puede prevenir mediante una vacuna. Este incremento puede tener su origen en
La pérdida de inmunidad en las personas que han sido vacunadas
Algunos padres se niegan a vacunar a sus hijos (véase Preocupaciones relacionadas con la vacunación infantil)
Antes de que las vacunas fueran ampliamente utilizadas, la tos ferina era una enfermedad que afectaba a los niños pequeños. Ahora, una persona puede desarrollar la tos ferina a cualquier edad. Más de la mitad de los casos ocurren en personas mayores de 20 años. Sin embargo, la tosferina es más grave en niños menores de 2 años y casi todas las muertes por esta enfermedad ocurren en niños menores de 1 año. La mayoría de las muertes están causadas por la neumonía y por complicaciones que afectan al encéfalo. La tosferina es también grave en las personas mayores.
Un brote de tosferina no siempre garantiza una inmunidad de por vida, pero el segundo brote, si ocurre, suele ser leve y no siempre se reconoce como tal. De hecho, algunos adultos con diagnóstico de neumonía errante tienen en realidad tosferina.
Una persona infectada propaga las bacterias en el aire a través de las gotitas de humedad que expulsa al toser. Cualquiera que esté cerca puede inhalar estas gotas e infectarse. La tosferina generalmente no es contagiosa después de la tercera semana de infección.
Síntomas de la tosferina
La enfermedad comienza alrededor de 7 a 10 días después de la exposición. Si no se presentan complicaciones, la tosferina dura de 6 a 10 semanas, evolucionando en 3 fases:
Síntomas similares a los de un resfriado leve
Accesos fuertes de tos
Recuperación gradual
Los síntomas de resfriado incluyen estornudo, goteo de la nariz, pérdida de apetito, apatía, tos nocturna pertinaz y sensación de malestar general. Los pacientes pueden presentar afonía pero no suelen tener fiebre.
Los accesos de tos se desarrollan al cabo de 10 a 14 días. Estos accesos consisten por lo general en 5 o más golpes de tos violenta consecutivos seguidos a menudo del gemido ferino (una inspiración prolongada, de alta frecuencia y profunda). Solo alrededor de la mitad de las personas con tosferina presentan el gemido ferino característico. Los niños vacunados pueden ser menos propensos a presentar el gemido ferino. Después de un acceso de tos, la respiración se normaliza, pero poco después se produce un nuevo acceso de tos.
La tos a menudo produce grandes cantidades de moco espeso (que suele ser deglutido por los lactantes y los niños o se ve como grandes burbujas en los orificios de la nariz).
En los niños más pequeños, un prolongado ataque de tos suele ir seguido de vómitos. En los lactantes las crisis de ahogo y pausas en la respiración (apnea), que dan un color azulado a la piel, son más frecuentes que los gemidos ferinos.
Alrededor de una cuarta parte de los niños desarrollan neumonía, lo que resulta en dificultad para respirar. Con frecuencia se presentan también infecciones del oído (otitis media). La tosferina en niños puede afectar el cerebro, pero es muy poco frecuente. La hemorragia, la hinchazón y/o la inflamación del cerebro pueden causar convulsiones, confusión, lesión cerebral y discapacidad intelectual. Las convulsiones son frecuentes entre los lactantes, pero poco frecuentes en los niños mayores.
A las 4 semanas aproximadamente, los accesos de tos van desapareciendo gradualmente, pero durante muchas semanas o incluso meses los niños pueden continuar presentando accesos de tos.
La mayoría de los niños con tosferina se recuperan completamente, aunque de forma lenta. Pero la infección es mortal en algunos niños menores de 1 año.
Diagnóstico de tosferina
Cultivo de una muestra de moco
Algunas veces otras pruebas, utilizando una muestra de mucosidad
El médico sospecha el diagnóstico de tosferina al observar la tos característica u otros síntomas, como vómitos después de toser. Se confirma el diagnóstico mediante el cultivo de una muestra de la mucosidad de la cara posterior de la nariz o de la garganta. En las personas con tosferina, los resultados del cultivo suelen ser positivos durante las dos primeras etapas de la enfermedad, pero a menudo son negativos después de varias semanas de enfermedad. Los resultados del cultivo pueden tardar hasta 7 días.
La prueba más útil es la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) realizada sobre muestras de la nariz o de la garganta. En dicha prueba se incrementa la cantidad de ADN de la bacteria, con lo que esta se puede detectar más rápido e identificar con mayor facilidad.
Tratamiento de la tosferina
Para los lactantes gravemente enfermos, hospitalización y aislamiento
Antibióticos
Los lactantes gravemente enfermos suelen ser hospitalizados, dado que respirar puede llegar a resultarles tan difícil que necesitan respiración mecánica mediante un tubo colocado en la tráquea. Algunos pueden necesitar que se les succione el moco de la garganta. Otros necesitan oxígeno adicional y líquidos intravenosos. Los que están gravemente enfermos se mantienen aislados (para evitar que otras personas se expongan a las gotitas infectadas en el aire, lo que se denomina aislamiento respiratorio) hasta haberles suministrado antibióticos durante 5 días. Debido a que cualquier perturbación puede desencadenar un acceso de tos, a estos niños se les mantiene en una habitación tranquila y oscura perturbados lo menos posible.
Los niños de más edad con infección leve reciben tratamiento domiciliario con antibióticos. Los niños tratados en el hogar deben ser aislados durante 4 semanas por lo menos después del comienzo de los síntomas y hasta que estos desaparezcan.
Los medicamentos para la tos no deben utilizarse. No proporcionan ningún beneficio importante y pueden causar efectos secundarios molestos.
Los antibióticos tomados por vía oral, como la eritromicina y la azitromicina, son más útiles cuando se administran durante la primera fase de la enfermedad. Sin embargo, la tosferina comienza a menudo con síntomas similares a los de otras infecciones víricas, por lo que el diagnóstico no suele establecerse hasta las fases posteriores.
También se utilizan antibióticos para combatir las infecciones que acompañan a la tosferina, como la neumonía y la otitis.
Prevención de la tosferina
Vacunación
Todos los lactantes, niños, adolescentes y adultos, incluidas las mujeres embarazadas, deben recibir la vacuna contra la tosferina.
Véase Vacuna contra la difteria-tétanos-tosferina para niños menores de 7 años y véase Vacuna contra el tétanos y la difteria para mayores de 7 años.
La inmunidad obtenida con la vacuna tiende a disminuir entre 5 y 10 años después de la administración de la última dosis, por lo que se recomienda una dosis de refuerzo de Tdap (tétanos-difteria-tosferina) entre los 11 y los 12 años de edad (véase Vacuna contra la Difteria-Tétanos-Tosferina).
Después de la exposición a la tosferina
Se administran antibióticos a ciertos grupos de personas, hayan sido vacunadas o no, después de haber estado expuestas a una persona con tos ferina. Estos antibióticos (llamados antibióticos posteriores a la exposición) se administran a las personas de contacto doméstico (personas que viven en la misma unidad de vivienda) de una persona que sufre tos ferina dentro de los 21 días posteriores a la aparición de la tos.
Los antibióticos posteriores a la exposición también se administran a otras personas que presentan un alto riesgo de desarrollar una infección grave dentro de los 21 días posteriores a la exposición a una persona con tos ferina:
Bebés de menos de 12 meses de edad.
Mujeres en el tercer trimestre del embarazo
Todas las personas con patologías que pueden empeorar con la tos ferina (como asma moderada a grave, enfermedad pulmonar crónica o trastornos que debilitan el sistema inmunitario)
Personas que tienen contacto cercano con bebés menores de 12 meses, mujeres embarazadas o personas con afecciones que pueden provocar enfermedades graves o complicaciones si se infectan
Todas las personas que trabajan en lugares donde están en contacto con bebés menores de 12 meses o mujeres en el tercer trimestre del embarazo (como los centros de cuidado infantil, las salas de maternidad y las unidades de cuidados intensivos neonatales)
Como medida preventiva, se administra a personas de todas las edades expuestas a la tosferina el antibiótico eritromicina. Para bebés menores de 1 mes, se prefiere la azitromicina.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Pertussis (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés: Tosferina): un recurso que proporciona información sobre la tosferina, incluidos los brotes y la vacunación