La obesidad es un trastorno complejo crónico y recurrente caracterizado por un exceso de peso corporal.
Aunque la genética y algunos trastornos causan obesidad, la mayoría de los casos de obesidad en adolescentes son consecuencia de la falta de actividad física y de consumir más calorías de las que se necesitan para el nivel de actividad.
Un índice de masa corporal (IMC) igual o superior al percentil 95 para la edad y el sexo es una de las herramientas utilizadas para diagnosticar la obesidad.
La ingesta de una dieta nutritiva y el aumento del ejercicio físico ayudan a tratar la obesidad; además, algunos niños pueden recibir medicamentos para la pérdida de peso o someterse a cirugía de pérdida de peso.
La obesidad se ha vuelto más frecuente entre los adolescentes y, en Estados Unidos, aproximadamente 1 de cada 5 adolescentes tiene obesidad. Aunque la mayoría de las complicaciones de la obesidad se producen en la edad adulta, los adolescentes obesos son más propensos a sufrir hipertensión y diabetes de tipo 2 que sus compañeros no obesos. La mayoría de los adolescentes con obesidad se convierten en adultos con obesidad.
Debido al estigma social contra la obesidad, muchos adolescentes con obesidad son objeto de burlas o acoso, lo que puede volverles cada vez más sedentarios y aislados socialmente.
(Véase también Introducción a los problemas de salud en los adolescentes y Obesidad en adultos.)
Causas de la obesidad
Muchos factores ambientales contribuyen a la obesidad en los adolescentes. Por ejemplo, los adolescentes pueden tener demasiado acceso a alimentos poco saludables y acceso insuficiente a alimentos saludables, pueden sufrir un trastorno del sueño o pueden desarrollar hábitos sedentarios como resultado del uso excesivo de teléfonos móviles, juegos de computadora y consolas y otros dispositivos electrónicos.
Algunos trastornos hormonales, como una glándula tiroidea poco activa (hipotiroidismo) o la hiperactividad de las glándulas suprarrenales, pueden provocar obesidad, pero no suelen ser su causa. Los adolescentes con aumento de peso causado por un trastorno hormonal suelen presentar otros signos del trastorno subyacente.
La genética parece desempeñar un papel importante, lo que significa que algunas personas corren un mayor riesgo de obesidad que otras y que la obesidad puede ser más común entre los miembros de una misma familia.
Diagnóstico de la obesidad en adolescentes
Indice de masa corporal
A veces, pruebas para detectar otros trastornos
El Índice de Masa Corporal (IMC) es una de las herramientas utilizadas para diagnosticar la obesidad. Los adolescentes cuyo IMC se encuentra en el 5% superior para su edad y sexo se consideran obesos. Estar en el 5% superior significa que su IMC es superior al del 95% de sus pares (en el percentil 95 o por encima de este). Sin embargo, el IMC tiene limitaciones porque no tiene en cuenta la masa muscular, la densidad ósea, la composición corporal general y las diferencias raciales y sexuales.
Un adolescente obeso de baja estatura y con hipertensión puede ser examinado para descartar el trastorno hormonal denominado síndrome de Cushing. Los médicos solicitan otras pruebas si sospechan que un adolescente sufre otro trastorno o si se ha diagnosticado otro trastorno, como diabetes, hipertensión arterial, concentraciones elevadas de grasas en la sangre y trastornos de la salud mental.
Tratamiento de la obesidad en los adolescentes
Alimentación y hábitos de ejercicio saludables
Para adolescentes de 12 años o más con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior al percentil 95, medicamentos para perder peso
Para los adolescentes de 13 años de edad y mayores con un índice de masa corporal (IMC) significativamente superior al percentil 95, evaluación para la cirugía de pérdida de peso
A todos los niños y adolescentes con obesidad se les proporcionan estrategias intensivas para ayudarles a desarrollar hábitos saludables de alimentación y ejercicio y efectuar cambios en su comportamiento con respecto a la salud.
La reducción de la ingesta de calorías y la quema de calorías son dos maneras de satisfacer estos objetivos.
El aporte calórico se puede reducir mediante
El establecimiento de una dieta equilibrada con alimentos corrientes
La Introducción de cambios permanentes en los hábitos alimentarios
El gasto calórico se puede aumentar mediante
El incremento de la actividad física
A los adolescentes de 12 años o más con obesidad (índice de masa corporal [IMC] igual o superior al percentil 95 para la edad y el sexo) se les puede administrar medicamentos para perder peso.
Los adolescentes de 13 años y mayores con obesidad grave (índice de masa corporal [IMC] significativamente por encima del percentil 95 para la edad y el sexo) pueden ser remitidos a un cirujano especializado en esta área para una evaluación completa para la cirugía de pérdida de peso (cirugía bariátrica).
Puede ser útil el asesoramiento para ayudar a los adolescentes a enfrentarse con sus problemas sociales.