Muchos adolescentes mantienen relaciones sexuales, pero eso no significa que estén bien informados sobre la anticoncepción, el embarazo y las infecciones de transmisión sexual. La impulsividad, la falta de planificación y el uso concomitante de sustancias y alcohol disminuyen la probabilidad de que los adolescentes empleen un método de control de la natalidad y un método de protección de barrera (como por ejemplo los preservativos) para prevenir las infecciones de transmisión sexual (ITS).
(Véase también Introducción a los problemas de salud en los adolescentes.)
Anticoncepción en adolescentes
Cualquiera de las medidas anticonceptivas utilizadas por los adultos puede ser utilizada por los adolescentes, pero el obstáculo más común es el acceso a la anticoncepción y su uso correcto y constante. Aunque los preservativos masculinos son la forma más frecuente de anticoncepción reversible (la esterilización tubárica es la forma más común de anticoncepción en general), todavía hay percepciones que pueden inhibir el uso constante. Por ejemplo, los adolescentes pueden pensar que los preservativos (condones) disminuyen el placer. Algunos adolescentes pueden no sentirse cómodos discutiendo el uso del condón con una pareja sexual o insistiendo en el uso del condón durante el sexo vaginal o anal. Las adolescentes pueden olvidar tomar anticonceptivos orales diariamente o dejan de tomarlos por completo, incluso sin sustituirlos por otra forma de anticonceptivo. Las formas anticonceptivas a largo plazo, como los dispositivos intrauterinos (DIU), las inyecciones hormonales que duran 3 meses o más o los implantes subcutáneos (bajo la piel) que pueden ser eficaces durante varios años, pueden ser buenas opciones para algunas adolescentes.
Los adolescentes deben ser asesorados por un profesional de la salud acerca de la anticoncepción y sobre las prácticas sexuales seguras para prevenir las ITS, y algunas escuelas y organizaciones de salud pública también proporcionan asesoramiento, diversos tipos de anticonceptivos o ambos. La mayoría de las adolescentes pueden acceder a la anticoncepción a través de su médico de atención primaria o de un especialista. En Estados Unidos, cada Estado tiene diferentes leyes relacionadas con la confidencialidad para los adolescentes que tienen acceso a esta atención.
Embarazo en adolescentes
El embarazo es una fuente de tensión emocional muy importante para los adolescentes.
Las adolescentes embarazadas y sus parejas tienden a abandonar los estudios o su capacitación profesional, lo que empeora sus problemas económicos, posiblemente disminuye su autoestima y perjudica las relaciones personales.
Las adolescentes embarazadas son menos propensas que las adultas a recibir atención prenatal, lo que da lugar a peores resultados para la madre, como un mayor riesgo de parto prematuro, anemia (cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos) y preeclampsia (presión arterial elevada y proteínas en la orina que pueden estresar al feto), y para el bebé, como un mayor riesgo de bajo peso al nacer, infección y síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Los riesgos parecen aumentar aún más en las adolescentes embarazadas que son muy jóvenes, como las de 10 a 13 años de edad.
Una adolescente embarazada puede optar por continuar o por interrumpir el embarazo. Una adolescente puede criar al niño ella sola o junto con el padre del niño, posiblemente con el apoyo de los miembros de la familia, o puede renunciar al niño voluntariamente (adopción).
Todas las opciones pueden causar estrés emocional. El asesoramiento tanto para el adolescente como para la pareja involucrada puede ser muy útil. El asesoramiento también debe incluir formación sobre el uso de anticonceptivos después del embarazo.
Los padres de un adolescente pueden tener diferentes reacciones cuando su hija adolescente se queda embarazada, su hijo adolescente deja embarazada a una chica o mantiene una relación con una chica que está embarazada. Las emociones pueden ir desde angustia hasta excitación, apatía, desilusión o ira. Es importante que los padres expresen su apoyo y su voluntad de ayudar a los adolescentes a afrontar las decisiones que tomen. Es necesario que los padres y los adolescentes se comuniquen abiertamente sobre temas como el aborto, la adopción y la paternidad, pues todas estas opciones son difíciles para que el adolescente las afronte solo.