El aparato respiratorio comienza en la nariz y la boca y continúa a través de las vías respiratorias y los pulmones. El aire entra en el aparato respiratorio por la nariz y la boca y desciende a través de la garganta (faringe) para alcanzar el órgano de fonación (laringe). La entrada de la laringe está cubierta por un pequeño fragmento de tejido (epiglotis) que se cierra de forma automática durante la deglución, impidiendo así que el alimento alcance las vías respiratorias. (Véase también Introducción al aparato respiratorio.)
Los médicos pueden sospechar un problema en los pulmones o en las vías respiratorias basándose en los síntomas. Los síntomas de los trastornos pulmonares a menudo afectan la respiración y pueden incluir
Tos con expectoración
Los síntomas que afectan otras partes del cuerpo también pueden sugerir la presencia de un trastorno pulmonar. Las personas con un trastorno pulmonar pueden presentar
Dedos en palillo de tambor (aumento de tamaño de las puntas de los dedos de las manos o de los pies)
Cianosis (coloración azulada o grisácea de la piel)
Otros síntomas más generales, como fiebre, debilidad, cansancio o sensación de malestar general o de estar enfermo, también pueden ser, a veces, indicios de trastorno pulmonar o de las vías respiratorias. Algunos síntomas, como tos o sibilancias, pueden indicar un trastorno pulmonar. Los trastornos que afectan los nervios o los músculos, como la miastenia gravis y el síndrome de Guillain-Barré, provocan debilidad de los músculos respiratorios y síntomas pulmonares.
Los síntomas respiratorios pueden ser de poca importancia (como una tos causada por un resfriado) o suponer un riesgo vital (como una dificultad respiratoria grave).
Las características y el patrón al que se ajustan los síntomas constituyen para el médico una ayuda muy consistente para establecer el diagnóstico del trastorno pulmonar.
Cuando la persona presenta síntomas que sugieren un trastorno pulmonar, el médico le formula preguntas específicas acerca de los síntomas y otros factores relevantes (el historial médico). Generalmente, los médicos también practican una exploración física para valorar todos los sistemas del organismo, pero se centran en el aparato respiratorio. Dependiendo de los resultados de la historia clínica y la exploración, es posible que se necesiten pruebas diagnósticas para confirmar un diagnóstico.