Introducción a la atención posparto

(Cuidados después del embarazo y el parto)

PorJulie S. Moldenhauer, MD, Children's Hospital of Philadelphia
Revisado/Modificado ago 2024
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Datos clave

Las 6 semanas posteriores al embarazo y al parto se denominan período posparto, cuando el cuerpo de la madre vuelve a su estado anterior al embarazo.

Después del parto, la mujer puede esperar experimentar cambios físicos y muchas sensaciones diferentes, algunas de las cuales son normales y otras pueden requerir atención médica. Los problemas graves de salud son poco frecuentes después del parto. Los médicos, las comadronas y el personal de enfermería comentan con las mujeres los cambios posparto y lo que cabe esperar. Por lo general, se programa una visita de seguimiento con un profesional de la salud para 6 semanas después del nacimiento (y a veces también 2 semanas después del nacimiento). Las mujeres también reciben instrucciones sobre cuándo llamar a un médico para consultar acerca de los síntomas que pueden ser un signo de una complicación.

Las complicaciones más frecuentes después del parto son las siguientes:

La hemorragia puerperal puede producirse poco después del parto, pero puede presentarse hasta 6 semanas más tarde.

El riesgo de formación de coágulos de sangre aumenta durante 6 semanas después del parto (véase Trastornos tromboembólicos durante el embarazo). La formación de coágulos de sangre en las venas profundas de las piernas (trombosis venosa profunda) hace que estos coágulos puedan pasar a los pulmones (embolia pulmonar), lo que constituye una afección potencialmente mortal.

Tabla
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Cuidados durante los primeros 2 días después del parto

Durante 1 a 4 horas después del parto, el médico, la comadrona o el personal de enfermería controlan estrechamente a la mujer. Si la mujer recibió anestesia (como una epidural) o si tuvo algún problema durante el parto, es posible que la controlen durante más tiempo, por lo general en una habitación de hospital bien equipada con acceso a oxígeno, líquidos administrados por vía intravenosa y medicamentos, si es necesario.

Durante el periodo de control estrecho, se mide la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la temperatura de la mujer. Normalmente, dentro de las primeras 24 horas después del parto, la frecuencia cardíaca de la mujer comienza a descender hacia niveles normales y su temperatura puede aumentar ligeramente, volviendo a la normalidad durante los primeros días.

Los miembros del personal del hospital hacen todo lo posible para reducir el dolor y el riesgo de hemorragia e infección.

Sangrado vaginal (ginecorragia)

Inmediatamente después del parto, la principal forma de controlar el sangrado es a través de las contracciones del útero. El útero está formado principalmente por músculo y, cuando se contrae, el músculo comprime los vasos sanguíneos, lo que ralentiza el sangrado.

El equipo de atención médica toma medidas para prevenir el sangrado excesivo. Por lo general, se administra un medicamento llamado oxitocina, ya sea por vía intravenosa o en forma de inyección intramuscular, para estimular las contracciones uterinas.

Después de la extracción o expulsión de la placenta (alumbramiento), una enfermera practica masajes periódicos en el abdomen de la mujer para favorecer la contracción del útero y que permanezca contraído.

Si una mujer pierde mucha sangre durante y después del parto, se realiza un análisis de sangre para detectar anemia.

Dolor o hinchazón de la vagina, la vulva y el perineo

La zona alrededor de la abertura vaginal suele estar dolorida y puede escocer al orinar. Los desgarros en el perineo (área entre la vagina y el ano) o las reparaciones de la episiotomía pueden contribuir al dolor y también pueden causar hinchazón.

Inmediatamente después del parto y durante las primeras 24 horas, se puede usar hielo o compresas frías para aliviar el dolor y la inflamación. Si es necesario, se pueden aplicar a la piel cremas o aerosoles anestésicos. El uso de una botella con aerosol de agua tibia también puede ser relajante.

Las mujeres deben tener cuidado al sentarse y, si sienten dolor, deben sentarse sobre una almohada (una almohada con un orificio en el centro, como una rosquilla, puede ser útil).

Micción

La producción de orina a menudo aumenta notablemente después del parto, pero vuelve a la normalidad al cabo de unos días.

La sensibilidad de la vejiga puede disminuir debido a la presión ejercida sobre la vejiga desde la cabeza fetal durante el parto, por lo que se recomienda a la mujer que intente orinar regularmente, al menos cada 4 horas. Ello evita que la vejiga se llene en exceso y contribuye a prevenir infecciones en las vías urinarias.

El personal de enfermería u otro personal médico puede presionar suavemente el abdomen de la mujer o usar un ecógrafo portátil para revisar la vejiga y determinar si está llena.

Algunas veces, si la mujer no puede orinar por sí sola, se debe introducir temporalmente un catéter en la vejiga para vaciarla. Con poca frecuencia, se necesita una sonda permanente (una sonda que se deja en la vejiga durante un período de tiempo).

Deposiciones

Se alienta a las mujeres a defecar durante los primeros 3 días después del parto. Si esto no sucede, los médicos pueden recomendar a la mujer la toma de ablandadores de heces o laxantes. Si la piel o los músculos que rodean el ano han sufrido desgarros durante el parto, los ablandadores de heces son importantes para evitar la presión sobre esa zona.

La primera defecación después del parto puede ser difícil, a veces con heces duras o dolor en el área anal o el perineo. A las mujeres que se sometieron a un parto por cesárea o que tienen otros motivos de dolor intenso se les pueden recetar analgésicos opiáceos, que pueden causar estreñimiento.

Además, la primera deposición puede retrasarse unos días, a veces porque la mujer está preocupada por la presión y la tensión sobre los puntos de sutura o porque la vulva o el perineo se sienten doloridos o hinchados.

El empuje durante el parto o el estreñimiento después del parto puede provocar o empeorar las hemorroides, que pueden ser dolorosas durante las deposiciones o en general. El dolor puede aliviarse con baños de asiento calientes y/o aplicando un anestésico tópico. Las hemorroides suelen desaparecer en 2 a 4 semanas.

Dieta y actividad

Por lo general, las mujeres pueden comer y beber en cualquier momento después del parto, a menos que tengan náuseas.

La mujeres deben levantarse de la cama y caminar lo antes posible.

Ducharse y bañarse

Después del parto vaginal, la mujer puede ducharse tan pronto como sea capaz de ponerse de pie sin mareos.

Tras una cesárea, la mujer puede ducharse una vez retirado el vendaje y una vez puede permanecer en la ducha sin sentirse mareada. Hay que tener cuidado de no frotar el lugar de la incisión. Deben evitarse los baños hasta que se hayan eliminado las grapas o suturas y la incisión esté completamente curada, aproximadamente 6 semanas después del parto.

Después de un parto vaginal o por cesárea no se debe colocar nada dentro de la vagina, ni tampones, ni realizar duchas vaginales durante al menos 2 semanas. Se debe evitar las actividades agotadoras o levantar objetos pesados durante unas 6 semanas.

Medicamentos

Después del parto, las mujeres a menudo tienen dolor en el área vulvovaginal o en la incisión cesárea y pueden tomar medicamentos para aliviar el dolor según lo aconseje su médico.

Para las mujeres que están amamantando, el paracetamol (acetaminofeno) y el ibuprofeno son analgésicos relativamente seguros. Las mujeres que necesitan tomar medicación durante la lactancia deben hablar con su médico antes de tomarla.

Inmunizaciones (vacunación)

(Véase también Vacunas durante el embarazo, CDC: Guidelines for Vaccinating Pregnant Women y CDC: COVID-19 Vaccines While Pregnant or Breastfeeding)

Las vacunas se recomiendan para algunas mujeres después del parto y por lo general se administran dentro de los primeros 2 días (o antes del alta hospitalaria). Una mujer puede ser vacunada si las pruebas prenatales han demostrado que no tiene inmunidad frente a una infección determinada o si se le debe aplicar una inmunización sistemática. Algunas vacunas (por ejemplo, vacunas vivas o vivas atenuadas) no se pueden administrar durante el embarazo, por lo que se administran después del parto, si es necesario. La mayoría de las vacunas, con algunas excepciones (como la vacuna contra la viruela y la mayoría de los usos de la vacuna contra la fiebre amarilla), son inocuas para la lactancia.

Las mujeres reciben la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola si no son inmunes a uno o más de estos virus (a veces una persona ha sido vacunada antes, pero no ha desarrollado inmunidad).

Las mujeres embarazadas que nunca han tenido varicela o que nunca han recibido la vacuna contra la varicela deben recibir la primera dosis de la vacuna después del parto y la segunda dosis de 4 a 8 semanas después.

Idealmente, la vacuna contra tétanos-difteria-tos ferina (Tdap) se administra durante cada embarazo, preferentemente entre las semanas 27 y 36. Si una mujer nunca ha recibido la vacuna Tdap durante este embarazo o un embarazo anterior o en la adolescencia o en la edad adulta, se le debe administrar durante los primeros días después del parto, tanto si está amamantando como si no lo está. Si los miembros de la familia que tendrán contacto con el recién nacido no han recibido la vacuna Tdap, se les debe administrar la Tdap al menos 2 semanas antes de que tengan contacto con el recién nacido. La vacuna Tdap les inmuniza contra la tos ferina y por lo tanto reduce el riesgo de contagiarla a los recién nacidos sin protección.

Las mujeres que son elegibles para la vacuna contra el virus del papiloma humano y no han sido vacunadas o no han completado la serie de vacunas pueden ser vacunadas después del parto.

Tipo de sangre Rh negativa

Si la mujer tiene sangre Rh negativa y su bebé tiene sangre Rh positiva (denominada incompatibilidad de Rh), se le administra a la madre inmunoglobulina Rho(D) mediante inyección en un músculo dentro de los 3 días posteriores al parto. Este fármaco oculta o enmascara cualquiera de los glóbulos rojos (eritrocitos) del bebé que hayan podido pasar a la circulación materna para que los glóbulos rojos no puedan disparar la producción de anticuerpos en la madre. Estos anticuerpos pueden poner en peligro los embarazos siguientes.

Antes del alta hospitalaria o del centro de maternidad

Antes de abandonar el hospital o la maternidad, se examina a la madre. Si la madre y el bebé están sanos, generalmente dejan el hospital entre 24 y 48 horas después de un parto vaginal y en un plazo de 96 horas después de un parto por cesárea. A veces el alta se otorga apenas 6 horas después del parto si no se utilizó anestesia general y no se produjeron problemas.

Se programan visitas de seguimiento periódicas, por lo general a partir de las 2-8 semanas después del parto. Si hubo complicaciones durante el embarazo o el parto, la primera visita se puede programar antes.

Cuidados durante las primeras 6 semanas después del parto

Después del parto, las mujeres experimentan muchos cambios físicos, y a veces emocionales. Los médicos proporcionan orientación a las mujeres sobre los cambios que pueden esperar, les dan instrucciones sobre cómo manejar estos cambios en el hogar y les explican cuándo deben buscar ayuda médica.

Sangrado y secreción vaginal

Durante un periodo que llega hasta 6 semanas después del parto, la mujer presenta sangrado vaginal y luego secreción que disminuye de volumen y cambia de color. La mezcla de sangre y secreción después del parto se llama loquios y consta de 3 etapas: loquios rubrosos (rojizos), loquios serosos (de color rosado-parduzco) y lochios alba (blanco-amarillentos). El sangrado vaginal es normal después del parto, pero es importante reconocer cuándo es demasiado abundante o cuándo puede ser un signo de un problema (por ejemplo, si el sangrado se detiene durante una semana y luego comienza de nuevo). Si la mujer está preocupada por un sangrado abundante o inesperado debe contactar con su médico.

El sangrado puede ser abundante durante las primeras horas y luego el flujo disminuye hasta alcanzar el volumen de un periodo abundante. El sangrado continúa durante 3 a 4 días (loquios rubrosos).

La secreción vaginal pasa a un flujo vaginal de color rosado o parduzco (loquios serosos), que dura unos 14 días. Aproximadamente de 1 a 2 semanas después del parto, la costra sobre el lugar donde estaba adherida la placenta en el interior del útero se desprende, causando un sangrado a borbotones y luego un sangrado leve que dura aproximadamente de 1 a 2 horas.

A continuación, la secreción se vuelve de color blanco-amarillento (loquios alba), que dura hasta 14 días.

Para absorber este flujo se utilizan compresas sanitarias, que se deben cambiar con frecuencia. Los tampones no deben utilizarse hasta 6 semanas después del parto.

Cuidado de la vulva, la vagina y el perineo

Después del parto vaginal, especialmente si hubo un desgarro o una episiotomía y se colocaron puntos de sutura, las mujeres suelen tener dolor o hinchazón en la vagina, la vulva y el perineo.

Los baños de asiento templados pueden ayudar a aliviar el dolor. Los baños de asiento se hacen en posición sentada con el agua cubriendo al menos el perineo y los glúteos. Después de un baño de asiento, se debe dejar secar completamente la zona antes de ponerse la ropa interior.

Cuidado de una incisión cesárea

Si una mujer se ha sometido a un parto por cesárea, el vendaje generalmente se retira al cabo de 1 o 2 días. Las grapas quirúrgicas o las suturas no reabsorbibles se suelen retirar en 1 semana. Las suturas absorbibles o el pegamento quirúrgico no necesitan ser retirados.

El lugar de la incisión de la piel debe mantenerse limpio y seco. Cuando hay enrojecimiento alrededor de la incisión o drenaje de sangre o líquido, se debe llamar al médico.

El dolor alrededor del lugar de la incisión disminuye con el tiempo. A la mujer se le pueden administrar analgésicos opiáceos durante los primeros días después del parto. Transcurridos estos primeros días, el dolor se puede controlar con paracetamol (acetaminofeno) o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno). El área alrededor de la incisión puede ser sensible al tacto o a la presión durante algunos meses, y el entumecimiento puede durar incluso más tiempo.

Las mujeres deben evitar levantar objetos pesados (por lo general se define como algo más pesado que un bebé) durante 6 semanas después de un parto por cesárea.

Cambios en otras partes del cuerpo

El útero sigue agrandado hasta 4 semanas después del parto. Está formado principalmente por músculo, que continúa contrayéndose, lo que hace que el tamaño sea cada vez más pequeño hasta que vuelve al tamaño anterior al embarazo. Estas contracciones pueden ser dolorosas durante los primeros días después del parto. Normalmente, el útero se puede palpar a través del abdomen durante 1 o 2 semanas después del parto, hasta que sea lo suficientemente pequeño como para que la parte superior (fondo) esté por debajo del nivel del hueso púbico. Las contracciones se intensifican con la lactancia. La lactancia desencadena la producción de la hormona oxitocina. La oxitocina estimula el flujo de leche (mediante el reflejo de descenso o de bajada de la leche) y también estimula las contracciones uterinas.

La piel y los músculos del abdomen se estiran y se aflojan después del parto, y su tonificación vuelve gradualmente a lo largo de varias semanas. Sin embargo, la tonificación de la piel abdominal y de los músculos por lo general no vuelve al estado anterior al embarazo hasta transcurridos varios meses, con independencia del ejercicio que se practique. En muchas mujeres, incluso después de varios meses, el abdomen sigue sobresaliendo más que antes del embarazo.

Las estrías en la piel del abdomen o en las mamas no desaparecen, pero pueden atenuarse gradualmente a lo largo de un año.

Muchas mujeres pierden cabello en las primeras semanas después del parto. Pueden ver cabellos en un peine, en un cepillo o en el desagüe de la ducha. Durante el embarazo, cuanto mayor es la concentración de estrógeno, menos folículos pilosos entran en la fase de reposo (la fase durante la cual se cae el cabello), por lo que el cabello se nota más grueso de lo normal. Sin embargo, después del parto, las concentraciones de estrógeno y el ciclo de crecimiento del cabello vuelven a la normalidad y el cabello adicional se cae.

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Estado de ánimo

La tristeza (melancolía puerperal) es frecuente durante los días posteriores al parto. También es probable sentir irritabilidad, mal humor o ansiedad y tener dificultad para concentrarse o trastornos del sueño (demasiado o demasiado poco). Estos síntomas suelen desaparecer al cabo de 1 o 2 semanas. De todas maneras, si estos síntomas continúan durante más de 2 semanas o interfieren con el cuidado del bebé o las actividades diarias, la mujeres deben hablar con el médico. En esos casos, puede estar presente una depresión posparto u otro trastorno de salud mental.

Peso

Muchas mujeres no pierden peso inmediatamente después del parto, e incluso pueden aumentar de peso durante los primeros días. Aunque el bebé y la placenta han sido expulsados, el útero todavía está agrandado. Además, se puede añadir peso como consecuencia del aumento de líquido en la sangre debido al embarazo, el aumento de líquido procedente de cualquier líquido intravenoso recibido durante el trabajo de parto y como consecuencia de la leche materna.

Los líquidos adicionales abandonan el cuerpo a través de la micción durante las primeras 2 semanas. El retorno al peso anterior al embarazo suele durar entre 6 y 12 meses, con una alimentación saludable y ejercicio.

Ejercicio

Las mujeres pueden comenzar los ejercicios para fortalecer los músculos abdominales o los músculos del suelo pélvico (ejercicios de Kegel) pocos días después del parto vaginal, si no se ha lesionado el esfínter anal durante el parto.

El parto por cesárea es una intervención quirúrgica importante y las mujeres no deben empezar a hacer ejercicio hasta que no hayan tenido tiempo de recuperarse plenamente y permitir la cicatrización de la incisión quirúrgica, lo que suele llevar alrededor de 6 semanas.

Las mujeres pueden reanudar su rutina de ejercicio previa al parto en cuanto su médico lo apruebe en la visita posparto.

Actividad sexual y planificación familiar (control de la natalidad, o anticoncepción)

La actividad sexual se puede reanudar tan pronto como se desee y sea cómoda, aunque el consejo común es esperar hasta al menos 6 semanas después del parto o hasta la curación completa de cualquier desgarro o la reparación completa de la episiotomía. La actividad sexual después de una cesárea debe retrasarse hasta que la incisión quirúrgica se haya curado.

Si el sexo es doloroso, la mujer debe interrumpir su actividad sexual y ponerse en contacto con su médico para que le haga una valoración. A veces, el sexo vaginal es incómodo si la mujer está amamantando porque la lactancia puede reducir las concentraciones de estrógeno, lo que puede provocar sequedad vaginal.

Las mujeres que no están amamantando a sus hijos comienzan habitualmente a ovular de nuevo alrededor de 4-6 semanas después del parto. Una vez se produce la ovulación, tendrán un período al cabo de unas 2 semanas. Sin embargo, la ovulación puede ocurrir antes; la mujer se ha quedado embarazada a las 2 semanas del parto. Las mujeres que están amamantando exclusivamente (alimentando a su bebé solo con leche materna) tienden a ovular y menstruar más tarde, por lo general cerca de los 6 meses después del parto, aunque algunas ovulan y menstrúan (y se quedan embarazadas) tan rápido como las que no están amamantando.

Para minimizar la posibilidad de embarazo, las mujeres que mantienen relaciones sexuales con hombres deben comenzar a usar anticonceptivos antes de reanudar la actividad sexual. Los profesionales de la salud recomiendan esperar a concebir otro embarazo durante al menos 6 meses, pero preferiblemente 18 meses después del parto.

Las mujeres que acaban de ser vacunada contra la rubéola y/o la varicela debe esperar al menos un mes antes de quedarse embarazada de nuevo para evitar poner al feto en peligro.

Los médicos suelen comentar las opciones de control de la natalidad antes y después del parto.

Algunos métodos anticonceptivos pueden iniciarse inmediatamente después del parto, como:

  • Métodos que solo contienen progestágenos (implantes, inyecciones o píldoras): pueden iniciarse inmediatamente después de un parto vaginal o por cesárea

  • Dispositivos intrauterinos: la inserción inmediata es posible después del parto vaginal, dentro de los 10 minutos posteriores a la expulsión de la placenta

  • Esterilización femenina: puede realizarse durante el mismo procedimiento en el caso de cesárea o de 1 a 2 días después de un parto vaginal

La mayoría de los tipos de anticonceptivos se pueden usar incluso si la mujer está amamantando, aunque las píldoras anticonceptivas (o anillos o parches) que contienen estrógeno no deben iniciarse hasta 3 semanas después del parto porque el estrógeno puede aumentar el riesgo de coágulos de sangre (trombosis venosa profunda o embolia pulmonar). Además, los anticonceptivos con estrógeno pueden disminuir temporalmente la cantidad de leche que produce la mujer. Algunas mujeres prefieren esperar para comenzar estos métodos hasta que la lactancia materna esté bien establecida.

Los métodos hormonales que constan solo de progestágenos, como algunos tipos de píldoras anticonceptivas, las inyecciones de acetato de medroxiprogesterona y los implantes de progestina, tienen poco o ningún efecto sobre la formación de coágulos de sangre y no afectan la producción de leche.

Un dispositivo intrauterino (DIU) puede colocarse inmediatamente después del parto vaginal o en cualquier otro momento posparto.

Las mujeres que no desean quedarse embarazadas en el futuro pueden elegir la esterilización femenina. Estos procedimientos quirúrgicos consisten en seccionar o sellar las trompas de Falopio para evitar que los espermatozoides lleguen al óvulo y lo fecunden. La esterilización femenina se puede realizar dentro de los 1 a 2 días posteriores al parto vaginal (a través de una pequeña incisión practicada debajo del ombligo), durante el mismo procedimiento en caso de cesárea o después del periodo posparto (las 6 semanas posteriores al parto). Estos procedimientos se consideran permanentes e irreversibles. Las parejas masculinas también pueden elegir la esterilización masculina (vasectomía).

El diafragma solo se puede colocar después de que el tamaño del útero haya vuelto a la normalidad, habitualmente al cabo de 6 a 8 semanas. Si la mujer usó un diafragma antes del embarazo, este debe ajustarse después del parto, porque puede ser necesario un tamaño de diafragma diferente. Si la mujer participa en actividades sexuales antes de esa fecha, se pueden usar espumas, jaleas y condones.

¿Sabías que...?

  • Las mujeres pueden quedarse embarazadas transcurridas 2 semanas después de tener un bebé.

Lactancia

Los médicos recomiendan que las mujeres alimenten al bebé sin ningún complemento o alimento durante al menos 6 meses. Luego, las mujeres deben continuar amamantando durante otros 6 meses mientras el bebé también recibe otros alimentos. Tras ese periodo se anima a las mujeres a continuar con la lactancia materna hasta que ellas o el bebé lo deseen.

Si las madres no pueden amamantar o eligen no hacerlo, los bebés pueden ser alimentados con biberón con fórmula infantil en su lugar.

A muchas mujeres les resulta útil aprender sobre la lactancia antes del parto. La información sobre la lactancia materna puede provenir de libros o sitios web o de un hospital local, una organización de apoyo a la lactancia materna o un asesor en lactancia. A menudo, después del parto, una enfermera o una matrona pueden ayudar a la mujer a aprender a amamantar.

Inicio de la lactancia materna

Durante los primeros 2 a 6 días después del parto, las mamas producen calostro, que es espeso y generalmente de color amarillo. La mama comienza a producir leche. Cuando se produce esta transición (llamada "subida de la leche"), las mamas se llenan y se calientan, la leche es de color blanco y tiene una consistencia más fina que el calostro.

Cuidado de las mamas

Las madres que amamantan necesitan aprender cómo colocar el bebé durante las tomas. La mala posición del bebé puede hacer que los pezones de la madre duelan y se agrieten. Por ejemplo, a veces, el bebé retrae el labio inferior al succionar, con lo que irrita el pezón. En estos casos, la madre, utilizando el dedo pulgar, puede llevar suavemente el labio del bebé hacia afuera. Para sacar el pezón de la boca del bebé, la madre debe introducir su dedo en la boca del bebé para interrumpir el reflejo provocado por la succión.

Después de cada toma, la madre debe dejar que la leche se seque por sí sola en los pezones o secarlos con golpecitos suaves. Si lo desea también los puede secar con un secador de pelo a baja potencia. Después de las tomas se puede aplicar lanolina al 100% sobre los pezones para aliviar el dolor y proteger los pezones.

Cuando una madre amamanta, los pechos pueden gotear leche. Se pueden usar almohadillas de algodón para absorber la leche. Deben evitarse los sujetadores con revestimiento plástico, porque pueden irritar los pezones.

Dieta durante la lactancia

Durante la lactancia, las madres necesitan aumentar su ingesta calórica en alrededor de 300-500 kcal/día. También deben aumentar su ingesta de vitaminas y minerales, como el calcio. Por lo general es suficiente con llevar una dieta bien equilibrada que incluya suficientes productos lácteos y verduras de hoja verde y seguir tomando las vitaminas prenatales con ácido fólico. Las vitaminas prenatales deben contener al menos 400 microgramos de ácido fólico. Las mujeres que amamantan deben beber suficientes líquidos para asegurar una producción de leche adecuada. Las madres con dietas especiales deben consultar a su médico sobre la necesidad de otras vitaminas y complementos minerales, como vitamina B12 para las vegetarianas.

Si las mujeres que amamantan comen pescado, deben elegir tipos de pescado con bajo contenido de mercurio. Véase Mercurio en mariscos para obtener más información.

Congestión mamaria

Las mamas pueden estar agrandadas, duras, apretadas y doloridas si están demasiado llenas de leche (congestión). La congestión puede ocurrir en cualquier etapa de la producción de leche (lactancia).

Los consejos siguientes pueden ayudar a las mujeres que están amamantando si las mamas se congestionan:

  • Alimentar al bebé con regularidad

  • Usar un sujetador de lactancia cómodo las 24 horas del día

  • Extraer la leche a mano o usar un extractor de leche entre tomas (sin embargo, esto tiende a estimular la producción de leche y a prolongar la congestión)

Si las mamas están muy hinchadas, es posible que la mujer tenga que extraer un poco de leche justo antes de amamantar para reducir la firmeza de la mama y permitir que la boca del bebé se adapte a la areola (el área pigmentada de la piel alrededor del pezón).

Los consejos siguientes pueden ayudar a las mujeres que no van a amamantar o han dejado de amamantar:

  • Usar un sujetador ajustado para aplicar presión a las mamas y así ayudar a suprimir la producción de leche

  • Aplicar bolsas de hielo y tomar analgésicos (como paracetamol [acetaminofeno] o ibuprofeno) para ayudar a aliviar el malestar hasta que la producción de leche se detenga por sí sola

  • Abstenerse de extraer la leche manualmente, lo que puede aumentar la producción de leche porque la leche extraída le indica al cuerpo que se necesita más leche.

En ciertas situaciones, el médico puede sugerir a la mujer que tome un medicamento, como la cabergolina, para inhibir la producción de leche.

¿Sabías que...?

  • Cuando las mamas están congestionadas por la leche, la extracción de leche entre las tomas puede aliviar temporalmente la presión pero, en general, tiende a hacer que empeore la congestión porque la extracción de leche indica al organismo que se necesita más leche.

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