Las enfermedades pulmonares eosinofílicas son un grupo heterogéneo de trastornos caracterizados por la acumulación de eosinófilos en los espacios alveolares, el intersticio o ambos. La eosinofilia en sangre periférica también es frecuente. Las causas conocidas de la enfermedad pulmonar eosinofílica son
Neumonitis inducidas por fármacos (p. ej., causada por agentes terapéuticos, tales como antibióticos, fenitoína, o triptófano)
Infecciones (sobre todo infecciones por helmintos)
Toxinas inhaladas (p. ej., drogas ilegales, como la cocaína)
Trastornos sistémicos (p. ej., granulomatosis eosinofílica con poliangeítis [anteriormente síndrome de Churg-Strauss])
A menudo, se desconoce la causa.
Las dos enfermedades pulmonares eosinofílicas primarias de etiología desconocida son
El síndrome hipereosinofílico, una enfermedad sistémica que afecta a múltiples órganos, se describirá en otro apartado.
El síndrome de Löffler, que consiste en hallazgos pulmonares fugaces y eosinofilia en sangre periférica, es otra enfermedad pulmonar eosinofílica.
(Véase también Generalidades sobre la enfermedad pulmonar intersticial).
Diagnóstico de las enfermedades pulmonares eosinofílicas
Radiografía de tórax o tomografía computarizada de tórax
Demostración de la eosinofilia en sangre periférica, líquido del lavado broncoalveolar o tejido pulmonar
El diagnóstico se basa en la demostración de opacidades en los estudios de diagnóstico por imágenes del tórax y la identificación de eosinofilia (> 450/microL [0,45 × 109/L]) en sangre periférica, líquido de lavado broncoalveolar o tejido de biopsia pulmonar. Sin embargo, la eosinofilia pulmonar puede ocurrir en ausencia de eosinofilia periférica. Las opacidades pulmonares en los estudios de diagnóstico por imágenes del tórax asociadas con eosinofilia de sangre a veces se denominan síndrome de IPE (infiltrados pulmonares con eosinofilia).
Los eosinófilos son principalmente residentes en los tejidos y varios cientos de veces más abundantes en los tejidos que en sangre. En consecuencia, números eosinófilos de la sangre no necesariamente indican el grado de participación eosinofílica en los tejidos afectados. Los eosinófilos son más numerosos en los tejidos con una mucosa epitelial interfaz con el entorno, como aparato respiratorio, tubo digestivo y aparato urogenital. Los eosinófilos no están presentes en los pulmones de las personas sanas, por lo que su presencia en el líquido de lavado broncoalveolar o tejido (> 5% del recuento diferencial) identifica un proceso patológico.
Los eosinófilos son exquisitamente sensibles a los corticosteroides y desaparecen completamente del torrente sanguíneo horas después de la administración de corticosteroides. Esta desaparición rápida de la sangre puede oscurecer el diagnóstico en pacientes que reciben corticosteroides antes de instituir la evaluación diagnóstica.