Los vibrios no coléricos incluyen las bacterias gramnegativas Vibrio parahaemolyticus, V. mimicus, V. alginolyticus, V. hollisae, y V. vulnificus y pueden causar diarrea, infección de las heridas o septicemia. El diagnóstico se establece con el cultivo. El tratamiento se lleva a cabo con ciprofloxacina o doxiciclina.
A veces, los vibrios no coléricos se llaman no aglutinables (es decir, que no se aglutinan en contacto con el suero de los pacientes con cólera). Típicamente, habitan en las aguas saladas cálidas o en mezclas de agua salada con agua dulce (p. ej., en estuarios).
Por lo general, Vibrio parahaemolyticus, V. mimicus, y V. hollisae causan brotes de diarrea de origen alimentario que suelen involucrar a alimentos de origen marino mal cocidos (en general mariscos).
Las infecciones por V. parahaemolyticus suele producirse en Japón y en zonas costeras de los Estados Unidos. Estos microorganismos dañan la mucosa intestinal, pero no producen enterotoxinas ni invaden el torrente sanguíneo. Además, pueden producir infección de las heridas cuando el agua marina contaminada con ellos penetra en una herida menor.
El V. alginolyticus y el V. vulnificus pueden causar infecciones graves de las heridas; ninguno de ellos produce enteritis. El V. vulnificus, cuando es ingerido por un paciente inmunocomprometido (a menudo con enfermedad hepática crónica o inmunodeficiencia), puede atravesar la mucosa intestinal sin producir enteritis y causar una septicemia con una alta tasa de mortalidad; rara vez una persona sana puede desarrollar este tipo de cuadros.
Signos y síntomas de las infecciones por Vibrio no colérico
La enfermedad entérica comienza repentinamente después de un período de incubación de 15 a 24 horas, las manifestaciones incluyen cólicos abdominales, diarrea acuosa profusa (las heces pueden ser sanguinolentas y contener polimorfonucleares), tenesmo, debilidad, y a veces náuseas, vómitos y febrícula. Los síntomas desaparecen espontáneamente a las 24 o 48 h.
En las heridas contaminadas, puede desarrollarse rápidamente una celulitis (por lo general, en los casos que involucran el V. vulnificus) que progresa a una infección necrosante de los tejidos blandos con lesiones ampollares hemorrágicas típicas.
La septicemia por V. vulnificus causa shock, lesiones ampollares en la piel, y a menudo manifestaciones de coagulación intravascular diseminada (p. ej., trombocitopenia, hemorragia); la tasa de mortalidad es elevada.
Diagnóstico de las infecciones por Vibrio no colérico
Cultivos
Las infecciones de heridas y del torrente sanguíneo por Vibrio no colérico se diagnostican fácilmente con cultivos de rutina.
Cuando se sospecha una infección entérica, los microorganismos de este grupo Vibrio pueden cultivarse en muestras de heces en un medio de agar con tiosulfato, citrato, sales biliares y sacarosa. Los mariscos contaminados también producen cultivos positivos.
Tratamiento de las infecciones por vibrio no colérico
Ciprofloxacina o doxiciclina para la infección entérica
Antibióticos y, a menudo, desbridamiento para las infecciones de heridas
Las infecciones por Vibrio no colérico pueden tratarse con una sola dosis oral de los siguientes:
Ciprofloxacina 1 g
Doxiciclina 300 mg
Sin embargo, por lo general este tratamiento no es necesario, porque la infección es autolimitada, aunque puede ser considerado en casos graves.
Si hay diarrea, debe tenerse en cuenta especialmente la recuperación del volumen y de los electrolitos perdidos.
Para las infecciones de las heridas se utilizan antibióticos, por lo general doxiciclina por vía oral a menudo con una cefalosporina de tercera generación para la infección grave de la herida o la septicemia. La ciprofloxacina es una alternativa aceptable.
Los pacientes con infección necrosante de los tejidos blandos requieren desbridamiento quirúrgico.
Conceptos clave
Los vibrios no coléricos pueden causar diarrea, infección de las heridas o septicemia, dependiendo de la especie y el modo de exposición.
Diagnosticar con hemocultivos, coprocultivos o cultivos de muestras de la herida, según sea apropiado.
Tratar las infecciones entéricas graves con una sola dosis oral de ciprofloxacina o de doxiciclina.
Tratar las infecciones de las heridas con doxiciclina; para la infección grave, añadir una cefalosporina de tercera generación.
La infección necrosante de los tejidos blandos requiere desbridamiento quirúrgico.