Factores de riesgo para complicaciones del embarazo

PorAntonette T. Dulay, MD, Main Line Health System
Revisado/Modificado mar 2024
Vista para pacientes

Los factores de riesgo para complicaciones durante el embarazo incluyen

  • Condiciones y características médicas maternas preexistentes

  • Factores de riesgo modificables (p. ej., tabaquismo, consumo de sustancias)

  • Complicaciones obstétricas previas (p. ej., antecedentes de preeclampsia)

Algunos de los principales factores de riesgo se analizan aquí. Para conocer enfermedades adicionales que pueden complicar el embarazo, véase Embarazo complicado por enfermedad.

Diabetes

La diabetes mellitus preexistente está presente en cerca del 1% de los embarazos (1, 2) y la diabetes gestacional ocurre en aproximadamente el 8% de los embarazos (3). La incidencia está aumentando a medida que crecen las cifras de obesidad.

La diabetes mellitus insulinopendientepreexistente aumenta el riesgo de los siguientes:

La incidencia de macrosomía fetal es aproximadamente un 50% más alta en mujeres embarazadas con diabetes preexistente que en las mujeres embarazadas de la población general. La incidencia de mortalidad perinatal fetal o neonatal también es mayor.

Las mujeres con diabetes preexistente tienen más probabilidades de requerir un parto pretérmino por indicaciones obstétricas o médicas. El ejercicio durante el embarazo (con cambios juiciosos en la dieta) reduce la necesidad de cesárea y partos instrumental en estas mujeres (4, 5).

El control estricto de la glucosa antes de la concepción y durante el embarazo es esencial para prevenir malformaciones fetales.

En general, los requerimientos de insulina aumentan durante el embarazo.

La diabetes gestacional aumenta el riesgo de los siguientes:

La diabetes gestacional se evalúa sistemáticamente entre las 24 y 28 semanas y, si la mujer tiene factores de riesgo, durante el primer trimestre. Los factores de riesgo incluyen los siguientes:

  • Diabetes gestacional previa

  • Recién nacido macrosómico en embarazo anterior

  • Pérdidas fetales inexplicables

  • Índice de masa corporal (IMC) antes del embarazo > 30 kg/m2

  • Edad materna > 40 años

  • Antecedentes familiares de diabetes

  • Asiáticos no hispanos/isleños del Pacífico y hispanos/latinos

El cribado y la confirmación del diagnóstico de diabetes gestacional pueden realizarse mediante 1 o 2 pasos (6, 7):

  • Prueba de 1 paso: prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG) en ayunas, 75 g de glucosa, 2 horas Los resultados anormales incluyen uno o más de los siguientes: en ayuno (≥ 92 mg/dL [5,1 mmol/L]); tras 1 hora (≥ 180 mg/dL [10 mmol/L]); o tras 2 horas (≥ 153 mg/dL [8,5 mmol/L).

  • Prueba de 2 pasos: glucosa en ayunas, 50 g de glucosa, prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG) de 1 hora; si es anormal (≥ 130 mg/dL [7,5 mmol/L] a 140 mg/dL [7,8 mmol/L]), entonces se realiza una prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG) en ayunas de 100 g durante 3 horas. Para la interpretación de los resultados, véase tabla Umbrales de glucosa para la diabetes mellitus gestacional usando una prueba de tolerancia oral a la glucosa de 3 horas.

El American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) recomienda la prueba de 2 pasos para diagnosticar la diabetes gestacional. La prueba de 1 paso ha sido utilizada y promovida por otras organizaciones, incluido el International Association of Diabetes and Pregnancy Study Group (IADPSG) (6).

Tabla
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El tratamiento óptimo de la diabetes gestacional (con modificación de la dieta, el ejercicio y una estrecha vigilancia de los niveles de glucosa en sangre e insulina cuando sea necesario) reduce el riesgo de resultados adversos maternos, fetales y neonatales. Las mujeres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares durante la vida y, después del parto, deben ser derivadas para una evaluación y un seguimiento adecuados del riesgo cardiovascular.

Tabla
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Las mujeres con diabetes mellitus gestacional pueden haber tenido diabetes mellitus no diagnosticada antes del embarazo. Por lo tanto, se deben someter a pruebas de cribado para diabetes mellitus 6 a 12 semanas después del parto, utilizando las mismas pruebas y los criterios usados para las pacientes que no están embarazadas.

Véase Diabetes mellitus en el embarazo para obtener detalles sobre el manejo de la diabetes en el embarazo.

Referencias de la diabetes

  1. 1. Deputy NP, Kim SY, Conrey EJ, Bullard KM: Prevalence and Changes in Preexisting Diabetes and Gestational Diabetes Among Women Who Had a Live Birth - United States, 2012-2016. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 67(43):1201-1207, 2018. Publicado el 2 de noviembre de 2018. doi:10.15585/mmwr.mm6743a2

  2. 2. Goya M, Codina M: Diabetes mellitus and pregnancy. Updated clinical practice guideline 2021. Executive summary. Endocrinol Diabetes Nutr (Engl Ed) 70 Suppl 1:1-6, 2023. doi:10.1016/j.endien.2021.12.006

  3. 3. Gregory EC, Ely DM: Trends and Characteristics in Gestational Diabetes: United States, 2016-2020. Natl Vital Stat Rep 71(3):1-15, 2022.

  4. 4. Artal R: Exercise: The alternative therapeutic intervention for gestational diabetes. Clinical Obstetrics and Gynecology 46 (2):479–487, 2003.

  5. 5. Artal R: The role of exercise in reducing the risks of gestational diabetes mellitus in obese women. Best Pract Res Clin Obstet Gynaecol 29 (1):123–4132, 2015.

  6. 6. American College of Obstetrics and Gynecology (ACOG): ACOG Practice Bulletin No. 190: Gestational Diabetes Mellitus. Obstet Gynecol. 2018;131(2):e49-e64. doi:10.1097/AOG.0000000000002501

  7. 7. American Diabetes Association Professional Practice Committee: 2. Diagnosis and Classification of Diabetes: Standards of Care in Diabetes-2024. Diabetes Care. 2024;47(Suppl 1):S20-S42. doi:10.2337/dc24-S002

Hipertensión

Los trastornos hipertensivos del embarazo se clasifican como (1)

  • Hipertensión crónica: presente antes del embarazo o que se desarrolla antes de las 20 semanas de edad gestacional

  • Hipertensión gestacional: aumento reciente de la tensión arterial (TA) sistólica y/o diastólica ≥ 140/90 mmHg en 2 ocasiones con al menos 4 horas de diferencia después de las 20 semanas de edad gestacional

  • Preeclampsia: aumento persistente de la tensión arterial sistólica y/o diastólica ≥ 140/≥ 90 mmHg (2 episodios dentro de las 4 horas) de inicio reciente después de las 20 semanas de edad gestacional O al menos 1 medición de la tensión arterial sistólica y/o diastólica ≥ 160/≥ 110 mmHg MÁS proteinuria de inicio reciente y causa desconocida (> 300 mg/24 horas, índice proteína/creatinina en orina ≥ 0,3 o lectura en tira reactiva de 2+); en ausencia de proteinuria, hipertensión de inicio reciente con otros signos de daño en órgano terminal de reciente comienzo (p. ej., trombocitopenia [plaquetas < 100.000/mcL], deterioro de la función hepática, insuficiencia renal, edema pulmonar, cefalea de reciente comienzo [que no responde a la medicación y no se explica por diagnósticos alternativos], síntomas visuales).

  • Preeclampsia con características graves: preeclampsia con tensión arterial sistólica y/o diastólica persistente (2 episodios dentro de las 4 horas) ≥ 160 y ≥ 110 mmHg y/u otros signos de daño de órganos terminales

  • Síndrome HELLP: una forma de preeclampsia grave con hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y recuento bajo de plaquetas

  • Hipertensión crónica más preeclampsia sobreimpuesta: empeoramiento de la hipertensión y proteinuria nueva o que empeora u otros signos de daño de órganos terminales después de 20 semanas en una mujer con hipertensión preexistente

  • Eclampsia: convulsiones tonicoclónicas, focales o multifocales de inicio reciente no explicadas por otras causas

La hipertensión crónica aumenta el riesgo de los siguientes:

Antes de intentar quedarse embarazadas, las mujeres con hipertensión deben recibir asesoramiento sobre los riesgos. La atención prenatal debe comenzar lo más temprano posible en el embarazo. En las mujeres embarazadas con hipertensión crónica que requieren terapia antihipertensiva, los medicamentos apropiados deben iniciarse o continuar y las pacientes deben derivarse a un especialista en medicina materno-fetal (2).

El manejo de la hipertensión crónica durante el embarazo incluye medición de la función renal de base (p. ej., creatinina sérica, nitrógeno ureico en sangre), fundoscopia y evaluación cardiovascular dirigida (auscultación y, a veces, ECG o ecocardiograma). Cada trimestre se miden proteínas urinarias en 24 horas, ácido úrico en plasma, creatinina sérica y el hematocrito.

La ecografía para controlar el crecimiento fetal se realiza a las 28 semanas y cada 4 semanas de ahí en adelante. El retraso del crecimiento es evaluado con pruebas Doppler multivaso por un especialista en medicina maternofetal.

Si las mujeres tienen un alto riesgo de preeclampsia, los médicos pueden recetar una dosis baja de aspirina (81-162 mg por vía oral 1 vez al día) a diario a partir de las 12 a 28 semanas de gestación y hasta el parto (3, 4).

Las mujeres con antecedentes de preeclampsia o hipertensión gestacional tienen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares durante la vida y, después del parto, deben ser derivadas para una evaluación y seguimiento adecuados del riesgo cardiovascular.

Referencias de hipertensión

  1. 1. American College of Obstetrics and Gynecology (ACOG): ACOG Practice Bulletin, Number 222: Gestational hypertension and preeclampsia. Obstet Gynecol 133 (1):1, 2019. doi: 10.1097/AOG.0000000000003018

  2. 2. Tita AT, Szychowski JM, Boggess K, et al: Treatment for Mild Chronic Hypertension during Pregnancy. N Engl J Med 386(19):1781-1792, 2022. doi:10.1056/NEJMoa2201295

  3. 3. American College of Obstetrics and Gynecology (ACOG) ACOG Committee Opinion No. 743: Low-dose aspirin use during pregnancy. Obstet Gynecol 132 (1):e44–e52, 2018. doi: 10.1097/AOG.0000000000002708

  4. 4. Ayyash M, Goyert G, Garcia R, et al: Efficacy and Safety of Aspirin 162 mg for Preeclampsia Prophylaxis in High-Risk Patients. Am J Perinatol. Publicado en línea el 29 de julio de 2023. doi:10.1055/s-0043-1771260

Trastornos tiroideos

Los trastornos tiroideos pueden preceder o desarrollarse durante el embarazo. El embarazo no cambia los síntomas de hipotiroidismo e hipertiroidismo.

Los efectos fetales varían con el trastorno y los fármacos usados para el tratamiento. Pero generalmente, el hipertiroidismo no tratado o tratado inadecuadamente puede resultar en

El hipotiroidismo no tratado puede causar

Las causas más comunes de hipotiroidismo materno son la tiroiditis de Hashimoto y el tratamiento de la enfermedad de Graves.

Si las mujeres tienen o han tenido un trastorno tiroideo, el estado tiroideo debe controlarse estrechamente durante y después del embarazo en las mujeres y después del parto en los lactantes. El bocio y los nódulos tiroideos descubiertos durante el embarazo deben ser evaluados como lo son en pacientes no embarazadas (véase Abordaje del paciente con un nódulo en la tiroides y Diagnóstico del bocio simple no tóxico).

Infecciones de transmisión sexual

(Véase también Infecciones de transmisión sexual y Enfermedad infecciosa en el embarazo).

La detección de infecciones de transmisión sexual debe realizarse durante el embarazo para permitir el tratamiento y prevenir los efectos adversos de las infecciones de transmisión intrauterina o perinatal en el feto o el recién nacido. La tasa de sífilis congénita en los Estados Unidos aumenta de manera continua (véase CDC: National Overview of STDs, 2021).

La atención prenatal habitual incluye pruebas de cribado para la infección por HIV, hepatitis B, hepatitis C (1), y sífilis y, si es < 25 años, para la infección por Chlamydia y gonorrea en la primera consulta prenatal. Las pruebas para detectar sífilis se repiten durante el embarazo y el parto si el riesgo continúa o si la paciente reside en un área endémica (2). Las mujeres embarazadas que tienen cualquiera de estas infecciones deben ser tratadas con antibióticos.

La sífilis fetal in utero puede causar la muerte, malformaciones congénitas e incapacidad grave.

Sin tratamiento, el riesgo de transmisión del HIV (siglas en inglés de Virus de inmunodeficiencia humana) de madre a hijo es de aproximadamente 30% antes del parto y aproximadamente 25% intraparto. El tratamiento antirretroviral de la mujer embarazada antes y durante el embarazo y del recién nacido dentro de las 6 a 12 horas del nacimiento reduce el riesgo de transmisión del HIV al feto en dos tercios; el riesgo es menor (< 2%) con una combinación de 2 o 3 antirretrovirales muy activos. Los antirretrovirales de gran actividad se administran a la madre durante el embarazo y el parto para prevenir la transmisión vertical (de madre a hijo).

Durante el embarazo, la hepatitis, la vaginosis bacteriana, la gonorrea y la infección genital por clamidia aumentan el riesgo de trabajo de parto prematuro o rotura prematura de membranas.

El tratamiento de la vaginosis bacteriana, la gonorrea o la infección por clamidia pueden prolongar el intervalo desde la rotura prematura de membranas hasta el parto y mejorar la evolución fetal al disminuir la inflamación fetal.

Referencias de las infecciones de transmisión sexual

  1. 1. American College of Obstetrics and Gynecology (ACOG): ACOG Clinical Practice Guideline No. 6.: Viral Hepatitis in Pregnancy, Obstet Gynecol 2023;142(3):745-759. doi:10.1097/AOG.0000000000005300

  2. 2. Workowski KA. , Laura H. Bachmann LH, Chan PA: Sexually transmitted infections treatment guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep 70 (4):1–187, 2021. doi: http://dx.doi.org/10.15585/mmwr.rr7004a1external icon

Anomalías del aparato genital femenino

Las anomalías estructurales del útero y el cuello (p. ej., tabique uterino, útero bicorne) hacen que las siguientes situaciones sean más probables:

Los miomas uterinos con escasa frecuencia causan anomalías placentarias (p. ej., placenta previa), trabajo de parto prematuro y abortos espontáneos recurrentes. Los miomas pueden crecer rápidamente o degenerar durante el embarazo; la degeneración a menudo causa dolor intenso y signos peritoneales y también pueden causar trabajo de parto prematuro.

La incompetencia cervical hace más probable el parto pretérmino. El riesgo de insuficiencia cervical es mayor en las mujeres que han tenido laceraciones o lesiones del cuello durante un procedimiento previo (p. ej., aborto terapéutico, partos vaginales instrumentales). La insuficiencia cervical se trata con intervención quirúrgica (cerclaje).

Si, antes del embarazo, la mujer ha tenido una miomectomía en la que se ha ingresado en la cavidad uterina, debe realizarse una cesárea porque puede producirse una rotura uterina durante un parto vaginal.

Las anomalías uterinas que pueden producir malos resultados obstétricos a menudo requieren corrección quirúrgica, que se realiza después del parto.

Consumo de sustancias

El consumo de sustancias durante el embarazo, incluyendo el consumo de cafeína, alcohol, tabaco y drogas ilícitas, se asocia con resultados adversos. Dependiendo de la sustancia en particular, el mal uso en el embarazo puede conducir a una serie de complicaciones, que incluyen trabajo de parto pretérmino, bajo peso al nacer, anomalías congénitas, retrasos en el desarrollo y problemas cognitivos y conductuales a largo plazo en el niño.

El uso materno de sustancias, especialmente con opioides, también puede provocar síntomas de abstinencia neonatal que requieren atención especializada.

El alcohol es el teratógeno más común. El riesgo probablemente se relaciona con la cantidad de alcohol consumida, pero ninguna cantidad está libre de riesgo. El hecho de emborracharse, posiblemente con tan solo 45 mL de alcohol puro (unos 3 tragos) al día, puede causar un síndrome de alcoholismo fetal, que puede dar lugar a restricción del crecimiento fetal, defectos faciales y cardiovasculares y disfunción neurológica.

Los médicos deben preguntarles a las pacientes embarazadas sobre el abuso de sustancias, utilizar herramientas de detección validadas y derivar a especialistas en adicciones cuando sea necesario.

Exposición a teratógenos

Los teratógenos comunes (agentes que causas malformaciones fetales) incluyen infecciones, fármacos y agentes físicos. Las malformaciones son más probables si la exposición ocurre entre las semanas 2 y 8 después de la concepción (las semanas 4 a 10 después de la última menstruación), cuando los órganos están formándose. También son probables otras malas evoluciones del embarazo. Las mujeres embarazadas expuestas a teratógenos deben ser aconsejadas sobre el aumento del riesgo y derivadas para una evaluación ecográfica completa para detectar malformaciones.

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Las infecciones comunes que pueden ser teratogénicas incluyen

Los fármacos comúnmente usados que pueden ser teratógenos incluyen

La hipertermia o la exposición a temperaturas > 39° C (p. ej., en un sauna) durante el primer trimestre se ha asociado con espina bífida.

Exposición al mercurio

El mercurio en pescados y mariscos puede ser tóxico para el feto. La FDA (véase Advice about Eating Fish For Those Who Might Become or Are Pregnant or Breastfeeding and Children Ages 1–11 Years) recomienda lo siguiente:

  • Evitar el blanquillo del Golfo de México, el tiburón, el pez espada, el atún patudo, el pez aguja o marlín, el pez reloj anaranjado y la caballa gigante

  • Limitación del atún blanco a 170 g (una comida promedio)/semana

  • Antes de comer pescado capturado en lagos, ríos y zonas costeras, comprobar los avisos locales sobre la seguridad de este tipo de pescado y si no hay confirmación de que los niveles de mercurio sean bajos, se debe limitar el consumo a 200 g (4 oz)/semana evitando al mismo tiempo otros mariscos esa semana

El pez blanquilla del Golfo de México tiene los niveles más altos de mercurio de todos los peces (según evaluaciones de la US Food and Drug Administration (FDA); el del Océano Atlántico se puede comer de manera segura.

Los expertos recomiendan que las mujeres embarazadas o lactantes consuman entre 200 y 350 g (2 o 3 comidas promedio)/semana de una variedad de mariscos que es más bajo en mercurio. Estos mariscos incluye platija, camarones, atún claro enlatado, salmón, abadejo, tilapia, bacalao y pez gato. El pescado tiene nutrientes que son importantes para el crecimiento y el desarrollo del feto.

Edad materna

Las adolescentes, que representan el 13% de todos los embarazos, tienen una mayor incidencia de preeclampsia, trabajo de parto pretérmino y anemia, que a menudo conduce a una restricción del crecimiento fetal. La causa, al menos en parte, es que las adolescentes tienden a obviar la atención prenatal, a menudo fuman cigarrillos o usan otras sustancias, y tienen tasas más altas de infecciones de transmisión sexual.

En las mujeres ≥ 35 años de edad, la incidencia de preeclampsia es mayor, al igual que la diabetes gestacional, trabajo de parto disfuncional, abruptio placentae, fetos muertos y placenta previa. Estas mujeres también tienen más probabilidades de trastornos preexistentes (p. ej., hipertensión crónica, diabetes). Como el riesgo de anomalías cromosómicas fetales aumenta con la edad materna, deben ofrecerse estudios genéticos y evaluación ecográfica detallada para detectar malformaciones fetales.

La anomalía cromosómica más frecuente es la trisomía autosómica. El National Defects Prevention Study (NBDPS) de los Estados Unidos encontró que los niños de mujeres > 40 años tienen mayor riesgo de anomalías cardíacas, atresia esofágica, hipospadias y craneosinostosis (1).

Referencia de edad materna

  1. 1. Gill SK, Broussard C, Devine O, et al: Association between maternal age and birth defects of unknown etiology: United States, 1997-2007. Birth Defects Res A Clin Mol Teratol 94 (12):1010–1018, 2012. doi: 10.1002/bdra.23049

Peso materno

Las mujeres con IMC < 18,5 kg/m2 antes del embarazo se consideran debajo del peso normal, lo que predispone al bajo peso del neonato en el momento del nacimiento (< 2,5 kg). Estas mujeres deben ser estimuladas a aumentar al menos 12,5 kg durante el embarazo.

Las mujeres embarazadas con IMC de 25 a 29,9 kg/m2 (sobrepeso) o ≥ 30 kg/m2 (obesidad) antes del embarazo presentan mayor riesgo de hipertensión y diabetes, embarazo postérmino, aborto, la macrosomía fetal, malformaciones congénitas, restricción del crecimiento intrauterino, preeclampsia y necesidad de cesárea. Idealmente, la pérdida de peso debe comenzar antes del embarazo, primero intentando modificaciones del estilo de vida (p. ej., aumento de la actividad física, cambios en la dieta). Las mujeres que tienen sobrepeso u obesidad deben ser alentadas para que limiten su aumento de peso durante el embarazo, en forma ideal mediante la modificación de su estilo de vida. El Instituto de Medicina (IOM) usa las siguientes pautas:

  • Sobrepeso: ganancia de peso limitada a 6,8 a 11,3 kg

  • Obeso: aumento de peso limitado a < 5 a 9 kg (11 a 20 lb)

Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con las recomendaciones de la IOM. Muchos expertos recomiendan un enfoque individualizado que puede incluir un aumento de peso más limitado con modificaciones en el estilo de vida (p. ej., aumento de la actividad física, cambios en la dieta), particularmente para las mujeres obesas (1). Durante el embarazo, se debe alentar a la mayoría de las mujeres a hacer ejercicio al menos 3 veces por semana durante un total de 150 minutos cada semana (2).

Para las mujeres embarazadas con sobrepeso u obesidad, las modificaciones del estilo de vida durante el embarazo reducen el riesgo de diabetes gestacional y preeclampsia.

Es importante hablar sobre el aumento de peso, la dieta y el ejercicio en la visita inicial y de forma periódica durante todo el embarazo.

Referencias del peso materno

  1. 1. Artal R, Lockwood CJ, Brown HL: Weight gain recommendations in pregnancy and the obesity epidemic. Obstet Gynecol 115 (1):152–155, 2010. doi: 10.1097/AOG.0b013e3181c51908

  2. 2. Mottola MF, Davenport MH, Ruchat SM, et al: 2019 Canadian guideline for physical activity throughout pregnancy. Br J Sports Med 52 (21):1339–1346, 2018. doi: 10.1136/bjsports-2018-100056

Gestación múltiple

La gestación múltiple aumenta el riesgo de lo siguiente:

El embarazo múltiple suele detectarse en la ecografía del primer trimestre. La incidencia de embarazos multifetales ha ido en aumento; el uso de técnicas de reproducción asistida ha contribuido sustancialmente a este aumento (1).

Referencias sobre la gestación múltiple

  1. 1. American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG): ACOG Practice Bulletin No. 231: Multifetal gestations: Twin, triplet, and higher-order multifetal pregnancies. Obstet Gynecol 137 (6):e145–e162, 2021. doi: 10.1097/AOG.0000000000004397       

Neonato previo con un trastorno genético o congénito

El riesgo de tener un feto con un trastorno cromosómico aumenta en las parejas que ya han tenido un feto o un neonato con un trastorno cromosómico (reconocido o no). La tasa de riesgo de recidivas es desconocida para la mayoría de los trastornos genéticos. Muchas malformaciones congénitas son multifactoriales; el riesgo de tener un feto posterior con malformaciones varía según el defecto en sí.

Si la pareja ha tenido un recién nacido con un trastorno congénito o cromosómico, se recomienda realizar una consulta genética y pruebas de cribado. Si la pareja ha tenido un neonato con una malformación congénita, se recomienda realizar un estudio genético, una ecografía de alta resolución y una evolución por un especialista en medicina maternofetal.

Fetos muertos previos

Muerte fetal es la muerte de un feto ≥ 20 semanas de edad gestacional antes o durante el parto, según lo definido por los Centers for Disease Control and Prevention (CDC [1]), o > 28 semanas, según lo definido por la Organización Mundial de la Salud (2). La muerte fetal durante la última parte del embarazo puede tener causas maternas, placentarias, anatómicas fetales o genéticas (véase tabla Causas comunes de mortinatos). Haber tenido un feto muerto o un aborto tardío (es decir, entre las 16 y las 20 semanas) aumenta el riesgo de muerte fetal en los embarazos posteriores. El grado de riesgo varía dependiendo de la causa de una muerte fetal anterior. Se recomienda el control fetal usando pruebas anteparto (p. ej., pruebas sin estrés, perfil biofísico).

El tratamiento de los trastornos maternos (p. ej., hipertensión crónica, diabetes, infecciones) puede reducir el riesgo de fetos muertos en un embarazo en curso.

Referencias de antecedentes de fetos muertos

  1. 1. CDC: What is stillbirth? Accedido marzo de 2024.

  2. 2. World Health Organization: Stillbirth. Accedido en marzo de 2024.

Parto pretérmino previo

El parto pretérmino es el parto antes de las 37 semanas. El parto pretérmino debido a trabajo de parto pretérmino se asocia con un mayor riesgo de partos pretérmino en los embarazos subsiguientes. El parto pretérmino a veces también está se indica por razones médicas debido a ciertas complicaciones del embarazo (p. ej., preeclampsia grave o placenta previa sintomática). Estas enfermedades no son factores de riesgo independientes para el parto pretérmino, pero pueden recidivar, y se deben poner en marcha medidas de monitorización o preventivas apropiadas.

Las mujeres con parto pretérmino previo debido a un trabajo de parto pretérmino inexplicado deben ser controladas estrechamente a intervalos de 2 semanas a partir de las 15 a 16 semanas de gestación y hasta las 23 a 24 semanas. La evaluación puede incluir (1)

  • Ecografía, incluida la medición de la longitud del cuello uterino, a partir de las 15 a 16 semanas

  • Pruebas para las vaginosis bacterianas, si hay síntomas

  • Medición de la fibronectina fetal en mujeres con síntomas relacionados con el trabajo de parto prematuro

Referencias sobre parto pretérmino previo

  1. 1. Prediction and Prevention of Spontaneous Preterm Birth: ACOG Practice Bulletin, Number 234. Obstet Gynecol. 2021;138(2):e65-e90. doi:10.1097/AOG.0000000000004479

Lesión previa durante el nacimiento

La mayor parte de las parálisis cerebrales y los trastornos del desarrollo neurológico se deben a factores no relacionados con una lesión durante el parto. Lesiones como las del plexo braquial pueden ser el resultado de procedimientos tales como forceps o vacuum extractor pero con frecuencia se originan en las fuerzas intrauterinas durante el trabajo de parto o una mala posición durante las últimas semanas del embarazo.

La distocia de hombro previa es un factor de riesgo para una futura distocia, y los registros obstétricos deben revisarse en busca de factores de riesgo potencialmente modificables (p. ej., macrosomía fetal, parto vaginal operatorio [instrumental]) que pueden haber predispuesto a las lesiones.

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