La linfadenitis es una infección aguda de uno o más ganglios linfáticos. La síntomas incluyen dolor, hipersensibilidad a la palpación y adenomegalia. El diagnóstico en forma típica es clínico. El tratamiento suele ser empírico.
(Véase también Generalidades sobre las infecciones bacterianas de la piel y Linfangitis).
La linfadenitis es la manifestación de varias infecciones bacterianas, virales, fúngicas y parasitarias.
La linfadenitis focal es prominente en los siguientes casos:
La linfadenitis multifocal puede ocurrir en pacientes con los siguientes elementos:
Síntomas y signos de linfadenitis
La linfadenitis suele causar dolor, sensibilidad a la palpación y adenomegalia. El dolor y las molestias a la palpación permiten distinguirla de las linfadenopatías. En el caso de algunas infecciones, la piel cercana está inflamada, en ocasiones con signos de celulitis. Pueden formarse abscesos y la salida a través de la piel puede formar trayectos fistulosos. Es frecuente la fiebre.
Diagnóstico de linfadenitis
Evaluación clínica
A veces aspiración y cultivo o biopsia escisional
El trastorno subyacente se evidencia con la anamnesis y el examen físico. Los ganglios linfáticos agrandados que no causan dolor, hipersensibilidad a la palpación o eritema pueden hacer sospechar otros trastornos como linfomas.
En caso contrario, están indicados aspiración y cultivo o biopsia (1).
Referencia del diagnóstico
1. Olivas-Mazón R, Blázquez-Gamero D, Alberti-Masgrau N, et al: Diagnosis of nontuberculous mycobacterial lymphadenitis: The role of fine-needle aspiration. Eur J Pediatr 180(4):1279–1286, 2021. doi: 10.1007/s00431-020-03875-2
Tratamiento de la linfadenitis
Tratamiento de la causa
El tratamiento de la linfadenitis se dirige a la causa y suele ser empírico.
Las opciones empíricas incluyen antibióticos IV, típicamente dirigidos a Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes o infecciones micobacterianas atípicas; antifúngicos; y antiparasitarios según la etiología o la sospecha clínica. Muchos pacientes con linfadenitis responden al tratamiento ambulatorio con antibióticos por vía oral. Sin embargo, muchos pacientes también pueden sufrir la formación de abscesos que requieren drenaje quirúrgico; se realiza entonces un extenso procedimiento con antibióticos IV como adyuvantes. En niños suele ser necesario el uso de antibióticos intravenosos.
Las compresas tibias o calientes pueden aliviar el dolor.
La linfadenitis suele resolver con el tratamiento oportuno, aunque es frecuente la presencia de linfadenopatía residual, persistente y no dolorosa.